CAPÍTULO 26

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                                  LOUIS

Recibí varios mensajes de.... él. No me dieron ganas de ver nada, así que mejor apagué mi teléfono y lo guardé en el cajón de mi buró. Me salí de la casa para despejar la cabeza. Traía la sangre caliente y la mente revuelta con todo tipo de sentimientos. Coraje, aunque también tristeza, indignación, celos (pues pensé en la posibilidad de que todo esto fuera planeado por él y el tal Ricky) y, el peor de todos, venganza. Es que, si era así, si todo había sido un juego, entonces, las ganas de vengarme estaban a la orden del día.
Me di la vuelta por el único lugar del mundo entero que me hace escapar de la realidad: el Grayskull. A esas horas, solo las bandas principiantes se suben al escenario, y la verdad es que no son muy buenas. Era eso o tal vez mi humor en realidad lograba que todo a mi alrededor fuera insoportable. Y lo peor de todo, es que no tenía a nadie en quien confiar para contarle. Bueno, Zayn, claro, pero me refiero a nadie que supiera de esas cosas.

A falta de mi confidente más reciente, Alex, me fui a casa de Zayn.
Cuando me vio entrar a su cuarto, me preguntó como quedaron los otros, obviamente se refería a que me veía tan mal que parecía haber recibido una golpiza.
Le conté lo que sucedió. Me costó hacerlo, pues no es fácil exhibirse a sí mismo como un tonto. Eso es lo que era, al menos eso pensaba en ese momento.

—La verdad no se que decirte –fue lo primero que se le ocurrió a Zayn. Lo veía tan confundido, tratando de encontrarle sentido a todo–. —Lo único en lo que no estoy de acuerdo contigo es que el tal Ricky tenga algo que ver. Porque, si de algo me he dado cuenta cada que voy a casa de Liam, es que él y su hermano no se llevan muy bien que digamos. Tampoco se llevan mal, claro, pero nunca como para que él y Harry, el mejor amigo de Liam, hayan elaborado todo un plan maquiavélico para joderte a ti.
—Entonces, ¿por qué me engañó así?
—Estoy igual que tú, hermano. No tengo idea de que puede pasar por la cabeza de alguien para hacer algo así.

Zayn se quedó pensativo por un momento y luego me preguntó:

—¿Qué piensas hacer?
—He estado pensando en seguirle el juego. Me refiero a ir al baile.
—Órale. ¿Y qué pasa si se aparece el Ricky?
—Fácil, le parto su madre.

Zayn se carcajeó.

—Eso no lo dudo, güey. Pero me refiero a que pasa con Harry. Si las cosas son como dices, y descubres que todo es un juego, ¿estás preparado para aceptar la realidad?
—Mejor saberlo que permanecer en la ignorancia y quedar como un estúpido.
—Estúpido ya eres, pero buen punto. Pues entonces, si vamos a ir a juntos, te toca poner mil pesos para la limo.
—¡Oye! Yo no soy estúpido Zayn... espera, ¿la qué?
—Claro, lo que digas y no me veas así, la limo fue idea de tu.... Harry.

Después de tanto platicar con Zayn, me fui a mi casa. La verdad es que Zayn es un gran amigo, que siempre está ahí cuando me siento mal y suelta cualquier comentario para hacerme reír, yo hago lo mismo con él. Más que mi mejor amigo, lo considero como mi hermano y se que siempre que necesite ser salvado, Zayn estará ahí para salvarme.

Al día siguiente, llamé a Harry por teléfono para ponernos de acuerdo con todo lo del baile. Nada de mensajes, ni siquiera abrí la aplicación. No estaba de humor para leer acerca de su identidad alterna.
Harry me explicó que la cosa era de esmoquin, así que tuve que ir a rentar uno, pues jamás en mi vida lo había necesitado. Ni siquiera en la boda de mi tía. Me gasté lo último que me quedaba de mis ahorros en el sastre y en pagar la mentada limusina; con esa si me dolió el codo. Si no me quedaba con el trabajo en la tienda de motos, el verano iba a ser bastante complicado.

ANÓNIMO ||TERMINADO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora