Capítulo 20| Tempestad.

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Woo.. Buaa..

Woo...Buaa...

*Sniff* *Sniff*

Los párpados de cierto rubio comenzaron a abrirse al percibir un sonido ahogado seguido de la estática. Dado su cansancio era imposible para él mantener los ojos abiertos por lo que parpadeaba tratando de no ceder ante el sueño. No se despertó hasta que un intrusivo pensamiento cruzó por su mente provocándole pavor. Se levantó de la cama como si resucitara, volteó a mirar la radio de bebé en su mesita de noche percatándose que de ahí venía el sonido.

¡Era Dan!

Salió de la habitación a prisas, sin darse un segundo de ponerse las pantuflas, cruzó el corredor hasta llegar al cuarto de Kim. Cuando abrió la puerta halló al Híbrido fuera de la cama, tirado sobre el suelo y sollozando.

Heesung se apresuró a su lado. Esta escena era algo muy común que solía presenciar el actor desde que comenzó a vivir con el Hibrido. El primer mes no había noche que Dan no llorara por eso había instalado la radio para saber si su pequeñito amor sufría de una crisis, de esa manera lo acompañaría, no dejaría que sufriera en silencio, no era seguro dejar a solas a alguien con depresión.

Los últimos meses había mostrado una mejoría por ende bajó la guardia, y esta vez le costó más reconocer que su chico estaba teniendo otro ataque. Cuando se acercó a él lo rodeó con sus brazos para calmarlo, y poquito a poquito liberó sus feromonas.

—Shh.. Estoy aquí, no tengas miedo.

Dan no paró de llorar, su llanto venía desde lo más profundo de su ser, era lo bastante lamentable como para causar que su garganta se cerrara por escasos segundos dado el dolor que sentía, por ende nace el espasmo del sollozo. Cada vez que eso pasaba el actor entraba en pánico y tenía que recurrir a morderle el hombro para ayudarlo a recuperar el aire de nuevo.

Luego de clavar sus dientes en la piel de Dan, dicho soltó un gritito abriendo de nuevo su garganta para respirar. El llanto no cesó, continuó soltando lágrimas tras lágrimas.

En todo este tiempo juntos, Heesung jamás se atrevió a preguntar por la razón de su amargura, sentía que era  cruel hacerlo considerando que había perdido la visión además de la tragedia de la muerte de su Hámster. Ya había sufrido bastante así que únicamente podía dejarlo liberar sus emociones.

Lo levantó del suelo para acostarlo de nuevo en la cama, lentamente con sus caricias fue calmando la respiración acelerada del hombre. Dancito se hizo ovillo en busca de protección.

—No puedo sentirlo... No puedo— Dijo.

—¿Dan?

—Mi hámster... No puedo sentirlo.

Heesung se acostó a su lado en una posición de cucharita. Sabía que no podía hacer nada más por él que darle un masaje en la espalda con la esperanza de aliviarlo.

Después de veinte minutos dejó de escuchar el llanto, ahora todo lo que quedaban eran suspiros que soltaba el pequeño dormilón. Heesung lo arropó con la suave manta seguido de un beso en su mejilla húmeda. Cuando comenzó a levantarse del colchón escuchó a Dan murmurar entre sueños.

Alfa... Mi alfa...

Se dio vuelta creyendo que había escuchado mal, fue entonces que presenció como Dan abrazaba uno de los peluches de la cama como si en sus sueños sostuviera a una persona. De pronto dejó de arrugar su frente como si todas sus preocupaciones y tristezas desaparecieran trayendo consigo a una apacible paz.

Heesung no pudo hacer más que apretar su puño, tenía una idea de quien era la persona que visitaba los sueños de su amado Híbrido y evidentemente no era él.

Derríbame | JINXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora