Capítulo 27| Papita doble crema

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¿Sabías que los Hámster hibernan?

Dan no tenía la menor idea del por qué Jaekyung formuló esa pregunta, lo tomó de sorpresa y ni siquiera tuvo tiempo de dar una respuesta dado que sintió sus párpados pesados. Su espalda recta cual pluma, perdiendo sus fuerzas y cayendo sobre la cama.

¡¡¡PUFF!!!

Una cortina de humo cubrió todo su cuerpo. Al mismo tiempo el luchador se levantó de la silla para saltar ágilmente hacia la cama cual lobo asechando a su  presa. La cortina de humo se dispersó dejando a la vista a una bolita de masa en compañía de una bestia de pelaje platinado.

El pequeño Hámster movió sus patitas, huyendo de él y arrastró su esponjoso cuerpo debajo de la almohada con el fin de ocultarse del depredador. La patita del lobo se estiró hacia la orilla de la almohada, rascándola suavemente como si deseara sacar de ahí al mini bomboncito.

—¡Vete de aquí!— Gritó.

El Lobo bajó sus orejas y emitió un chillido como un perrito regañado. Las palabras del Hámster lo hirieron. Nadie pensaría que un ser tan majestuoso e intimidante fuera dócil con un pequeño animal.

—Lo siento— Dijo.

—¡Mentiroso! ¡Dijiste que no me amabas! ¡Vete! ¡Ya no te quiero más!

—Yo nunca dije que no te amaba.

—Lo dijiste en Nueva York.

—Ese fue mi estúpido dueño.

—¡Mentiroso! Dejaste que él nos lastimara, él dijo que no nos amaba, y tú lo permitiste. Confié en ti, en los dos, dejé que mis sentimientos crearan un vinculo entre nosotros y lo rompieron. ¡Sabías lo que pasaría si rompían ese vinculo! ¡Debiste advertirle! Todo mi cuerpo se enfrió, me dolía demasiado, entre en un estado entre la vida y la muerte, y tú no estabas ahí. Tenía tanto miedo de desaparecer, cuando rompiste nuestro vinculo también rompiste mi conexión con Kim Dan. Me quede sólo, perdido en la oscuridad del vacío, nadie podía escucharme, ni salvarme. Tú me abandonaste, no me buscaste, esperé por ti durante meses pero no viniste. ¡¿Cómo puedes decir que me amas?!

El Hámster rompió en llanto, las pequeñas lágrimas mancharon las sábanas blancas y por un segundo el Lobo tuvo miedo de que su estado agitado acabara por causarle un paro cardiaco. Quería tanto sacarlo de ahí, abrazarlo, frotarle su pancita con su naricita y suplicar su perdón. Odiaba no poder tocarlo, por supuesto podía fácilmente retirar la almohada con su fuerza no obstante no era lo correcto. Su bebito quería mantener distancia y él debía respetar su decisión.

Escucharlo decir que estuvo tanto tiempo sufriendo en el vacío sin ser capaz de escapar lo hizo entristecer. Él sabía mejor que nadie lo que era estar dentro de las jaulas de un cuerpo sin interactuar con nadie y lentamente ir perdiendo las fuerzas hasta el punto de sentir que desaparecerías en cualquier momento. Durante años permaneció en un estado silencioso al grado de que le hizo creer a Joo que nació sin ningún alfa dentro. Podía imaginarse ahora lo horrible que fue para su terroncito.

—No hubo.. No hubo ni una sola noche en que no te buscara. Cuando saliste de esa habitación no soportaba la idea de hacerte llorar, las palabras que dijo Joo no eran reales aún sí eso parecian. Mis sentimientos por ti siempre fueron los mismos, aún lo siguen siendo, todavía sigue siendo mi mayor sueño casarme contigo. Cuando desapareciste todo mi mundo se vino abajo, te busqué, hable con cada pájaro de esta ciudad con el fin de encontrarte, hice un pacto hasta con las arañas de conseguirles insectos a cambio de que se infiltraran en casas ajenas y te buscaran. Reuní a todas las luciérnagas de este País para que en el cielo nocturno escribieran tu nombre con la esperanza de que lo vieras y volvieras a mi.

Derríbame | JINXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora