Capítulo 50: "Presentimiento"

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Eran las 5am, no podía seguir durmiendo después de una pesadilla con James, la bebé está igual de inquieta que yo, ya tengo 4 meses y todo marcha bien pero mi corazón no se encuentra tranquilo, tengo un mal presentimiento todas las noches, tengo pesadillas que se repiten y no me permiten descansar.

Me levante sin hacer mucho ruido para no despertar a Connor quien duerme placidamente sobre la cama, que suerte tienen los hombres...

Me doy una ducha rapida para quitarme el sudor del cuerpo, trato de  hacer respiraciones profundas para controlar el pulso. Cierro la llave y escurro mi cabello, miro fijamente mi abultado abdomen que cada día crece más y lo acaricio suavemente:

–Tranquila mi niña, todo estará bien–

Salgo de la ducha y cubro mi cuerpo con una toalla, me paro frente al espejo para cepillar mis dientes y comienzo a recordar todo lo que pasó con James en Irak, todo lo que hizo por mi, ¿estaré haciendo bien con todo esto? la nostalgia me ataca y termino con lagrimas en los ojos, he perdido a tantas personas, mi vida cambió completamente después de su partida y yo solo quisiera saber si él aún sigue con vida, quisiera darle la noticia de que será papá y darle un abrazo infinito... a pesar de todo este tiempo no puedo quitarlo de mi cabeza, limpié mis lagrimas antes de salir del baño.

Me puse una bata, tome unas pantuflas y salí del cuarto para prepararme algo para comer, últimamente mi apetito ha aumentado y gracias a Dios ya se fueron las nauseas.

Bajé con mucho cuidado de no despertar a nadie pero alguien ya se me había adelantado en la cocina.

-Mi niña... ¿pero qué hace despierta a estas horas?- Cayetana me saluda a penas me ve entrar a la cocina, al parecer esaba tomando un té.

Se me olvidaba contarles que hace unos días le pedí a Cayetana que trabajara para mi en mi nueva casa, para que les voy a mentir, tanto ella como yo estabamos muy felices de volver a estar juntas, no tengo a nadie más de confianza que ella, es una nana maravillosa.

-No puedo dormir Caye, me entró un poco de apetito- me senté a un lado de ella para hacerle compañía.

-¿Le preparo algun pastelito?-

Mis ojos brillaron con mucha ilusión y se me hizo agua la boca.

‐Me encantaría‐ dije con una sonrrisa de oreja a oreja, algo dulce podria hacerme pasar este mal rato.

Cayetana se rió por mi cara y asintió mientras sacaba los ingredientes.

‐¿Usted no tiene sueño?-

‐Señorita Samantha tuteeme por favor‐

‐ayy verdad, lo siento, es la costumbre‐ dije tocando mi cabeza

‐Me apetecía un té, creo que no era la única con problemas para dormir‐

La miré a los ojos y solté un suspiro para confirmar lo dicho.

–Tengo muchas pesadillas ultimamente, estoy con un mal presentimiento–

–¿Es sobre James?–

Me removí un poco en mi lugar, su pregunta me tomó por sorpresa...

–¿Usted igual lo tiene?–

–Suelo pensar mucho en él, era como un hijo para mí y me apena mucho su partida– dijo triste.

–¿Cree que él...?–

–Ay mi niña, solo espero que siga con vida, no debemos perder la esperanza–

–Por el bien de todos, eso espero– dije acariciando mi vientre.

–Señorita Samantha olvidé entregarle su celular, ayer lo dejó tirado en el jardín– dijo echando la mezcla al horno, limpió sus manos en el grifo y se secó con un paño de cocina. –Tome– dijo sacando el aparato de su delantal.

–Gracias Caye– dije tomandolo

–Ayer no paraba de sonar–

La miré extrañada y entré a la bandeja de llamadas, mi corazón latió fuerte al ver llamadas perdidas del General, después de tantos meses se dignó a dar señales de humo, entré a bandeja de mensajes para poder leer el único mensaje de su parte:

–Misión finalizada con éxito señorita Samantha Sair– 21:23hrs

Volví a leer en voz alta el mensaje para poder creerlo, esto quiere decir... ¿que James está con vida o no? Odio estos malditos mensajes cortos que dejan mucho a la imaginación, mi pulso estaba disparado, no me había dado cuenta que estaba temblando.

–Ya vengo– dije casi en un susurro antes de levantarme de mi lugar y subir corriendo las escaleras con celular en mano.

–¡Tenga cuidado por favor!– oí gritar a Cayetana desde la cocina.

El Mercenario. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora