Capítulo 9: "Gaspar Rehinheart"

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                                       James

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                                       James

Cada vez se hacía más tarde, estaba casi quedándome dormido en la silla cuando Rochel llamó otra vez.

—Ya va el helicóptero en camino, nos vemos en el lado oeste de la ciudad, por el puente—

—Entendido— corte la llamada y miré a Samantha, estaba dormida con su cuerpo apoyado en el mesón, camine hasta ella para despertarla.

—Vamos nena— toque su hombro y ella despertó sobresaltada pero no dijo nada.

Salimos del refugio y subimos a una camioneta que estaba afuera.

—Entra— le indique a la chica a la vez que yo hacía lo mismo, me resultaría incómodo manejar con el cabestrillo en el brazo que tenía lesionado.

Conducí un par de kilómetros hasta que paramos al darnos cuenta que nos venían siguiendo y comenzaron a dispararnos; estacione en un callejón y bajamos a las cloacas, estábamos completamente acorralados, habían helicópteros buscándonos por todos lados y policías esperándonos en cada avenida.

Tosíamos del asco que nos producía el olor y las ratas aquí abajo, tome el móvil para llamar a Rochel.

—Llama a Gaspar— hablé molesto

—¿Qué está pasando?— respondió preocupada.

-Acaban de atacarnos, avanzamos unos kilómetros-

—Te dije que té deshicieras de la chica—

—Me importa una mierda Rochel, llama a Gaspar, tengo a todos persiguiéndonos— ya me está tocando los cojones con el tema.

—No creo que sea una buena idea James—

—Ese tipo me debe la vida Rochel, llámalo— corte la llamada cabreado sin dejarla responder.

—Joder el brazo de mierda— me quejé tocándome la herida, saqué el cabestrillo y noté que estaba sangrando otra vez.

—¿Te llamas James?— preguntó la chica y asentí.

—Yo soy Samantha— dijo inocente.

—Mucho gusto— dije sarcástico aguantando el dolor, ya sabía quien era.

Esperamos a que llegara Gaspar mientras escuchábamos cómo estaba toda la puta ciudad buscándonos, nos ayudó a salir de esta mierda y nos llevó en auto a su casa, agradecí que tuviera vidrios polarizados para que no nos descubrieran. Al llegar me pude duchar y cambiar de ropa, mi cuerpo estaba hecho un desastre y mi cara con algunos golpes y manchas de sangre, dejamos a Samantha en un cuarto con baño solo para ella.

El Mercenario. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora