El Mercenario. [+18]

Capítulo 2: "James Smith"

James

Luego de pasar la tarde en el lago bebiendo con Luis y Tom, conduje directo a mi casa, si es que se le puede llamar así. Vivo en Australia, en un pueblo apartado de todas las personas, no hay más que vegetación y unos cuantos animales. Luego de terminar cada misión los días se vuelven una rutina, paso el día bebiendo y tomando medicamentos, muchos de estos para poder conciliar el sueño que la mayoría de las veces no consigo tener en las noches.

Hace seis años perdí a las personas que más amaba, mi mujer y mi hijo. Cada vez los recuerdos de ese día se hacen más lejanos, deben ser el efecto de las otras pastillas o tal vez la cantidad de alcohol que bebía al día. Ya nada me importaba, mi vida no tenía sentido, por eso acepté este trabajo, el dinero no es lo que de verdad me interesa, sino, el deseo de que mañana sea yo quien reciba el impacto de una bala en mi cráneo para que pueda descansar de esta maldita pesadilla. No había nada que me llenara ya con solo 26 años, matar personas ya era parte de mi, casi se hacía insignificante, aunque jamás me he atrevido a dispararle a una mujer o un niño, tampoco pienso hacerlo, espero.

Aún me queda el recuerdo de los tres en la playa, verano, su tierna risa viene como eco a mi cabeza cuando tengo días en los que sólo quiero sumergir mi cuerpo en agua para poder sentirlo más real, me estaba muriendo por dentro, esto no era vida y ella lo sabía.

Al llegar la pude divisar en el marco de mi puerta esperándome, debo suponer que viene con algo nuevo, saqué las llaves del coche y bajé, caminé a su lado para entrar a mi casa.

–Entra y ponte cómoda– sabía que no se sentaría en ningún lugar, el lugar estaba hecho un desastre.

—Hay una gallina en tu baño—

—Si... me gustan las gallinas, lo malo es que se cagan en todo— reí.

Lave mi cara y tomé mis medicamentos, serví un poco de ron en mi vaso y comencé a tomar, ella ya debió intuir que venía con unas cervezas de más, aunque yo aún tenía la capacidad de beber un poco más sin problemas.

–Cayó un trabajo grande– dijo sin más, podía sentir su mirada en mi espalda.

–¿ah si?–

–Una extracción, secuestraron a la hija de un capo, la tienen en Irak, en la ciudad de Bagdad–

–sí, acepto– dije sin importancia llevándome otro trago a la boca.

–Tenemos 20 horas, si logras salir con ella se hará complicado–

–Siempre es estúpidamente complicado–

–Omar es uno de lo capos rivales más peligrosos de ahí, sus hombres la secuestraron en Bombay, la prueba de vida debió ser hace 6 horas... No debí venir– dijo al final al verme tan indiferente.

–Dios Rochel ¿Qué estás haciendo aquí?, tienes que dejar de engañarte, nadie más se comprometerá a algo tan jodido– la paré en seco.

–¿Y por qué tu si?– dijo seria

–Necesito el dinero, las gallinas son caras– la corté.

–Esperas que al jugar tantas veces a la ruleta rusa te toque la bala– ella me conocía perfectamente. –Te espero mañana en el puerto temprano, sobrio–

– ¿cómo se llama? – pregunté antes de verla salir.

–Samantha, Samantha Sair, tiene 20 años y nació en España pero llegó a vivir a India con su padre a los 10 años, mañana temprano Smith y con la cabeza clara– fue lo último que dijo y subió a su elicoptero para marcharse.

Di el último trago de alcohol, puse el vaso en la cocina y dejé caer mi cuerpo en la cama esperando que rápidamente los medicamentos hicieran efecto, cada día aumentaba la dosis y hoy si parecían tener efecto, mire por última vez la foto que tenía en la cómoda a un lado de mi cama y cerré los ojos dejando que el sueño me venciera.

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Arriba les dejo una foto de James😍