Capítulo 37: "2 semana después"

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—¡niñata sal de ahí!— su molesta voz me despertó de un lindo sueño con James, maldita sea lo odio.

—¡Déjame en paz!— tiré la almohada a la puerta para que se alejara de una vez.

—¡No puedes estar todos los días encerrada! ¡No te hará bien!— los golpes de la puerta iban aumentando.

—¡Que sabes tú de lo que me hace bien o no! ¡Lárgate y déjame dormir!— esta vez tiré un libro que se encontraba en el velador, al menos paró de golpear.

—¡Niñata inmadura ya supéralo!—

—Que te den— susurré cansada, mi estómago crujía del hambre pero no tenía los ánimos para bajar a comer, además le pedí a Cayetana que no me molestara, no quería ver ni hablar con nadie.

—¡Sal ya!— volvió a golpear y rodé los ojos.

—¡Ya te dije que no joder!—

—¡¡Entonces no me dejas opción!!— dijo por última vez antes de alejarse de la puerta.

Miré la hora en mi celular, ya eran las 2 de la tarde, mierda, la hora pasó volando, me levanté y fui directo al baño para darme una ducha, hice mis necesidades y me lavé los dientes, pude notar las ojeras que acompañaban mis ojos y aunque no lo quería reconocer aún tenía la mirada triste, extrañaba mucho a James.

Salí del baño y me vestí con ropa ligera, iba a ser otro día sin salir de estas cuatro paredes, ¿Debía hablarle al jefe de James? Ya no lo sabía, me daba pena molestarlos o tal vez tenía miedo de enterarme de que algo le hubiera pasado a James,
No, no podía pensar así, si algo le llegara a pasar nose qué haría; tomé mi celular buscando su contacto hasta que lo encontré pero entonces vi la fecha de hoy, 12/06—Mierda... no puede ser— tomé mi frente con desesperación ¿Cómo mierda no me había percatado que estaba con retraso?, busqué en el calendario de mi celular, frecuentemente siempre me llega en la fecha exacta y sin atrasos —no, no no— según mis cálculos tenía una semana y media de retraso, todo esto hizo que lo olvidara.

Me paré rápidamente y me metí al baño corriendo, mire mi cara en el espejo, estaba pálida, abrí la llave y me lavé la cara con frustración, estaba realmente asustada, un embarazo no estaba en mis planes y menos sabiendo que el padre se encontraba en otro país en una misión arriesgando su vida en cada segundo, lloré con frustración golpeando el lavamanos, miré mi abdomen sin rastros de algún bulto, pero que tonta, casi al tercer mes se notaría, ¿Dios Que haré?.

Cerré la llave y sequé mi cara con una toalla, necesitaba comprar cuanto antes una prueba de embarazo y comencé a recordar, yo nunca había tomado anticonceptivos y Con James no siempre usábamos protección, joder, que irresponsables.

Salí del baño y me puse una chaqueta para salir, tomé dinero de mi billetera y cerré la puerta sin hacer ruido, no quería que nadie se enterara de esto hasta que fuera seguro, bajé las escaleras en silencio y salí por fin de ahí, no tenía las llaves del coche de James así que lo más seguro era pedir un Uber, camine unos cuantos metros mientras tecleaba por mi celular hasta que ya estaba confirmado mi coche.

A los 10 minutos ya estaba en frente de mi y subí rápidamente.

—¿Donde se dirige dama?—

—A la farmacia más cercana por favor— dije cerrando la puerta del coche y acomodándome.

Me amarré el cabello con una coleta que traía en la muñeca y solté dos mechones por delante, comenzaba a sentir náuseas de los nervios, ¿Como mierda le diría a James? Ni siquiera tenía certeza de que llegase con vida, tampoco tenía claro si quería tenerlo, soy un completo desastre, tomé mi frente con frustración y suspiré cansada, todo esto es mucho que sobrellevar.

—llegamos— Subí el rostro para confirmar por la ventana.

—Gracias— le di el dinero y bajé con pesadez.

Por suerte no había nadie dentro, caminé nerviosa acercándome al farmacéutico.

—Buena tardes ¿que necesita?—

—Hola...amm...necesito una prueba de embarazo— carraspeo un poco para darle seguridad a mi voz pero el hombre de edad puso una cara de preocupación antes de dar la vuelta para buscar los test, incomodándome un poco.

—Tengo de 2 tipos, pero le recomiendo este— dijo apuntando una cajita más grande y alargada —El resultado es más preciso—

—Entonces ese está bien— dije cortándole el rollo.

—¿Algo mas?— dijo pasándolo por una máquina para pagarlo.

—No gracias—

—Serían 6 dolares—

—Está bien, tome— le entregué el dinero y tomé el producto.

—Ah y recuerde que debe ser con la primera orina de la mañana—

—Lo tendré en cuenta, gracias— salí lo más rápido posible para no tener más contacto visual con el.

Metí el test dentro de la chaqueta y me puse a caminar un poco por la ciudad, no era ni el momento ni el día adecuado para realizarme la prueba, necesitaba estar tranquila y pensar las cosas lejos de esas cuatro paredes.

El Mercenario. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora