Capítulo 27: "Confesión"

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La tarde pasó volando, la pasamos muy bien con los chicos hablando de anécdotas de veranos pasados y comiendo la carne que habían preparado, ya era de noche y todas las parejas se fueron a los cuartos para descansar, mañana podríamos disfrutar otra vez de este paisaje, ordenamos y limpiamos los platos que ocupamos durante el día para mañana no estar perdiendo el tiempo en eso.

—Te espero arriba Sam— me habló James desde las escaleras y me sonrió.

—Si, ahora subo— me apresuré para lavar todo y guardar la comida que había sobrado para que no se descompusiera. Cuando ya todo estaba listo subí a la planta de arriba y entré al cuarto.

James estaba de espaldas mirando el mar y las estrellas en el ventanal. Yo aproveché de entrar al baño, hacer mis necesidades y cepillar mis dientes. Cuando salí vi a James con una rosa en sus manos mirándome desde el balcón, salí a través de la corrediza hasta donde él.

—¿Y eso?— pregunte asombrada, estaba muy linda.

—Es para ti— dijo entregándomela cuando me puse en frente de él, afuera el viento estaba tibio, la noche se iluminaba por la luna y las estrellas, sólo se escuchaba el oleaje del mar, simplemente perfecto.

—Gracias— la miré extrañada pero me encantaba el detalle, sentía el calor subir a mis mejillas.

—Siento muchas cosas por ti que ya no puedo negar... me gustas mucho Sam y te quiero sólo para mi— soltó después de unos segundos, me tomó por sorpresa todo lo que estaba diciendo, mi corazón comenzó a latir muy fuerte y otra vez se hacian presente las mariposas en mi estómago, juraría que mis mejillas estaban rojas, lo miré a los ojos y él agarró mi cintura haciendo que se estremeciera toda mi piel.

—James yo...— No salían las palabras de lo nerviosa que estaba, quería decirle que yo igual le correspondía sus sentimientos.

—¿Quieres ser mi novia?— preguntó acercándo mi cuerpo a él.

—Si— solté por fin, mirando sus hermosos orbes azules, nadie me lo había pedido de esta forma tan especial y romántica.

La distancia que había entre nosotros la terminó de acortar James con un tierno beso de nuestros labios, algo que deseábamos hace mucho tiempo hacer, sus labios encajaban perfectamente con los míos y su lengua pedía permiso para juntarse con la mía, a mi alrededor sentía que no había nada más que nosotros, mi corazón latía a mil y sentía mariposas en todo mi vientre, esto era como tocar el cielo por primera vez.

Nos separamos por la falta de aire, agitados.

—Lo siento pero necesitaba probarlos— dijo con una sonrisa de lado, este hombre era muy atractivo y besaba muy bien, joder.

Entramos al cuarto por la corrediza, James se sacó la camisa blanca que traía y el short quedando en bóxer, yo trataba de no mirarlo, se veía tan sexy que alteraba todas mis hormonas y mi mente se imaginaba miles de escenas en las que teníamos sexo. Entré al baño y me quité la ropa para colocarme un vestido delgado para dormir, no quería acostarme con ropa interior por la vergüenza, salí y James estaba recostado arriba de la cama, yo abrí las sábanas y entré en ella acomodando mi cuerpo.

—Ven, acuéstate abajo— le pedí, quería sentir su cuerpo más cerca de mí. Hizo caso a lo que le dije y se metió por debajo de las sábanas, estábamos acostados de lado pero mirándonos frente a frente, el dejo un mechón de cabello atrás de mi oreja estremeciéndome por su tacto.

—Te quiero Sam y no quiero que nadie te haga daño— susurró, las mariposas en mi estómago seguían ahí, James era muy tierno, sentía que era el hombre indicado para mi.

El Mercenario. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora