Capítulo 31: "Perdón por esto"

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                                  Samantha

Miré la ventana que estaba en el baño y me di cuenta que era lo bastante grande para que yo pudiera caer, esa ventana daba a la salida principal y si lograba ser lo bastante cautelosa podría escapar sin que se dieran cuenta. Salí del baño y coloqué pestillo a la puerta del cuarto para volver al baño, tomé mi celular y lo guardé en mi bolsillo trasero del jeans que llevaba puesto. Me subí con la ayuda de los muebles y comencé a sacar mis piernas primero hasta quedar a fuera completamente, trataba de caminar por el techo lo más cuidadosamente posible para que no se escucharan mis pasos y gracias a la ayuda de un árbol que estaba a unos centímetros del pilar pude bajar hasta el primer piso y escabullirme hasta llegar a la calle.

Quité las lágrimas de mi cara y corrí hasta la entrada de la villa tratando de que nadie me viera.

—Perdón por esto James...— susurré mientras se escapaba otra lágrima por mis mejillas, ya no tenía escapatoria, no podía arrepentirme ahora.

— susurré mientras se escapaba otra lágrima por mis mejillas, ya no tenía escapatoria, no podía arrepentirme ahora

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James

Señor, la señorita Samantha no abre la puerta, la estoy llamando y no contesta— miré con el ceño fruncido a Cayetana y me levanté de la silla para ir a buscarla a mi cuarto.

Los chicos se quedaron en la mesa esperando para cenar, al llegar traté de entrar pero estaba con llave del otro lado de la puerta, golpeé y llamé a Sam pero nada, no contestaba y no abría la puerta, ya eran las 7 de la tarde y debíamos cenar. ¿Quizás estaría durmiendo?, golpeé más fuerte la puerta, ahora era imposible que no se despertara con el ruido.

—¡Sam! ¡Samantha!— grité más fuerte, ya me estaba comenzando a preocupar, saqué el móvil del bolsillo y marqué a su celular para ver si se despertaba con el tono de llamada pero ni siquiera podía oír su móvil sonando dentro.

Baje a la planta baja preocupado y quedé mirando a los chicos que me devolvieron la mirada extrañados. —¿Alguien vió bajar a Samantha?— negaron con la cabeza.

—Cayetana pásame una tarjeta— ya me estaba comenzando a molestar, algo andaba mal y no me estaba gustando nada.

Me entregó lo que pedí y subí, no quería romper la puerta de una patada, los chicos me siguieron desde atrás, traté de abrir la puerta con la tarjeta hasta que cedió, entré y no estaba Sam, tampoco acostada, me dirigí al baño pero no se encontraba ahí y sólo estaba la ventana abierta de par en par ¿Qué mierda?, sería posible que...

—¡JODER!— grité pegando un portazo al salir, los chicos me quedaron mirando preocupados desde la entrada.

—¡Samantha se escapó!— salí del cuarto y bajé a la planta a superior para buscarla en el jardín o en la fachada de la casa pero no había nadie, al parecer no estaba equivocado. El sonido de mi celular me distrajo, era una llamada entrante de Rochel, genial lo que me faltaba ahora.

—¿Qué quieres?— dije muy molesto.

—James estoy con Samantha, la encontré tratando de escapar para entregarse a los hombres de Omar—

Podía escuchar la voz se Samantha quejándose de fondo... que mierda hiciste Samantha, mi enojo aumento pero al menos estaba tranquilo de que estaba a salvo.

—Tráela a casa por favor— dije cortante.

—Voy para allá—

Corte la llamada y volví a entrar a la casa.

—¿La encontraron?— preguntó Liam.

—Si, necesito que me dejen solo con ella—

Asintieron y se marcharon, toque mi cabeza y suspiré frustrado, no dejaría que Samantha se entregara, de ninguna manera y eso me molestaba.

Escuché el coche de Rochel a fuera y salí a buscar a Samantha, ni si quiera saludé, era evidente mi molestia, me fui a la puerta del copiloto donde estaba sentada Samantha y abrí su puerta.

Escuché el coche de Rochel a fuera y salí a buscar a Samantha, ni si quiera saludé, era evidente mi molestia, me fui a la puerta del copiloto donde estaba sentada Samantha y abrí su puerta

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—Sal del auto— dije sin mirarla a la cara.

—James yo...—

—¡Sal del maldito auto!— grité haciendo que ella se asustara y saliera rápidamente del coche.

—Gracias Rochel— ella solo asintió y arrancó el coche.

Tome del brazo a Samantha y la arrastre hasta dentro de la casa conmigo.

—¡Que haces! ¡Suéltame!— trataba de soltarse pero sólo la ignore hasta entrar.

—¡Me puedes decir en ¿qué mierda pensabas?!— dije molesto y por primera vez mirándola a los ojos.

—Entiéndeme por favor...—

—¡TE PUDIERON HABER MATADO!—

—¡Lo se perdón! ¡Pero no quiero que sigan muriendo personas por mi!— pude notar que sus ojos se llenaron de lágrimas. Me acerqué a ella y la atraje a mi pecho para abrazarla.

—No tienes idea de cuánto me importas Samantha— dije ahora más tranquilo. —Jamás dejaré que te pase algo y mucho menos que te entregues— acaricié su cabello.

—No quiero que te vayas, escuché lo que hablabas con Rochel y no quiero que vuelvas allá otra vez, no quiero perderte— dijo aferrándose a mi, sus lágrimas no paraban de salir, odiaba verla así.

—No me iré a ningún lado Sam— me separé de ella y la besé en los labios.

El Mercenario. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora