Mantenerlo en secreto parecía lo mejor para ambos, de esta manera, ninguno de los dos se involucraba demasiado y por ende, ningún corazón saldría herido.
Los dos sabían que tenían que guardar bajo llave su pecado, pues cumplir la penitencia de éste...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mis rodillas se encuentran reposando en el frío suelo, con el paso de los segundos la sensación se vuelve un poco incómoda, sin embargo, me digo que pronto terminaré. Mis boca se mueve en todo momento y en algún punto, tengo que relamer mis labios para poder seguir.
Elevo mi vista para lograr una mayor concentración y asiento para mí mismo cuando me aseguro de haber terminado con mis oraciones de éste día. Me persigno y me pongo de pie para inclinarme ligeramente por última vez en dirección a la representación de nuestro señor.
Camino hasta la parte trasera del altar y me escabullo por la puerta escondida que da hacía el enorme pasillo que conecta al templo con la rectoría de la Catedral. Como resulta evidente, el edificio ya es un poco viejo, pocas han sido sus remodelaciones, por lo que no es una sorpresa que el clima de este lado seamás frío y el eco retumbe entre sus paredes por el más mínimo ruido que se produzca en el espacio. Con paso lento, recorro el pasillo y giro a la derecha en búsqueda del Padre, puedo escuchar algunas voces en el área de comedor, así que me acerco con la intención de verificar si ahí se encuentra a quien estoy buscando.
— Hola a todos — saludo a los reunidos — ¿Estará aquí el Padre John?
— ¡Harry! ¡Querido! Justo hablábamos de ti — saluda la señora Caroline
— Espero que sean cosas buenas —sugiero con una sonrisa y me tomo el atrevimiento de acercarme a la mesa larga en la que se encuentran algunos miembros de la comunidad sentados
— ¡Excelentes! Hablábamos de lo mucho que ha crecido la Casa Hogar como institución ¡estás haciendo un trabajo incomparable con esos niños! — refiere la señora Charlotte
— Escuché por ahí que el Padre John está más que encantado con tu labor ¡enhorabuena! — agrega Gabriel, el hombre que nos ayuda en las oficinas
— Agradezco mucho el reconocimiento pero no está de más aclarar que esto no soo ha sido obra mía, el Señor nos ha ayudado y todos ustedes, junto con las personas que forman parte de este proyecto han logrado que esto salga adelante
— Permíteme darte la razón ahí — Niall ingresa al comedor y río cuando lo veo entrar con una sonrisa contagiosa — Los maestros lo hacemos increíble — bromea — ¿Cómo están todos?
— ¡Qué gusto verte, Niall! Hace mucho que no te veíamos de éste lado — saluda Caroline — Pensábamos que te habías olvidado de nosotros
— Nada de eso, es solo que me he encontrado un poco ocupado y cuando escuché ue Harry estaba por aquí, he decidido venir a buscarlo y aprovechar para saber cómo han estado
