C A P I T U L O 5

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C a p i t u l o 5

"Lena"

Mini maratón 2/2

Cuando eres pequeño, la perspectiva que te ofrecen tus padres parece ser la única en el mundo, recorres tus primeros años de vida con la creencia de que lo que ellos dicen y hacen es lo correcto, por lo que sigues sus pasos aunque esto implique sa...

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Cuando eres pequeño, la perspectiva que te ofrecen tus padres parece ser la única en el mundo, recorres tus primeros años de vida con la creencia de que lo que ellos dicen y hacen es lo correcto, por lo que sigues sus pasos aunque esto implique sacrificar algunas cosas. Te desenvuelves en un entorno que te resulta familiar, pues lo que vives en casa indica que no hay nada más allá de lo simple del día a día, convives con personas que piensan similar a ti y creas amigos que vienen del mismo sistema de educación y creencias, por lo que las charlas solo se enfocan en los aprendizajes que arraigamos y en lo poco que conocemos, o mejor dicho, lo poco que nos permiten conocer a partir de la limitación del descubrimiento.

O al menos, eso último era mi idea.

Creces, continúas con el mismo patrón y si vienes de una comunidad como de la que provengo yo, no necesitas que alguien se siente frente a ti y te hable sobre tu obligación de servir al Señor por el resto de tu vida, simplemente lo sabes ¿por qué? Porque durante toda tu infancia te preparan para que seas una seguidora más y pienses que tú único deber es convertirte en la cristiana más fiel de todo el puto mundo.

Pero, cuando parece que el señor se ha olvidado de ti, aunque seas el mejor cristiano y le entregues una buena cantidad de dinero a la Iglesia como parte de tu diezmo todos los domingos, él te castiga de la manera en que lo hizo con mis padres: con su única hija despojándose de sus creencias y abandonando aquel lugar que la abrazó por toda una vida.

— ¿Tú crees que soy la peor persona en la faz de la tierra? — cuestiono a Harry

— No — responde simple y asiento

Viniendo de él, no necesitaba muchas respuestas.

Por alguna razón, Harry siempre me ha parecido una clase de ser humano aún más especial que el resto. Sí, éramos viejos amigos y llevábamos conviviendo más de la mitad de nuestras vidas, sin embargo, algo en el ojiverde me inspiraba quietud, era como si Harry fuera una clase de salvador para mí ¿bastante cliché? Puede ser, pero en ocasiones me gustaba atribuírselo a ese don de paz que suele transmitir y, por qué no, a la cercanía que parecía tener con Dios.

— Entonces ¿por qué todos allá parecen detestarme?

— Porque de alguna manera los desafiaste y para los de la comunidad solo el Señor es el que tiene el derecho de hacerlo — dice mientras avienta pequeñas piedras al lago que tenemos en frente

— Pero nunca me planteé frente a ellos

— Lo sé, pero las acciones que hacemos como hijos de Dios dicen mucho — refiere y gira su cabeza en mi dirección para verme con el ceño fruncido pero conservando una mueca divertida — ¿Acaso no aprendiste nada cuando ibas a la Iglesia?

ILLICIT AFFAIRS | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora