12- Ya no soy una niña

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⚠️ Atención este capítulo muestra actitudes en las que no estoy de acuerdo como la manipulación y abuso emocional por parte de Paolo un actor ficticio pero basado en la realidad de algunos hombres.
El objetivo de escribir esto es para que se vea como es un hombre manipulador y narcisista abusador.
Hacer énfasis en aquello para que se vean las red flags desde el inicio.
Así como también si están pasando por esto busquen ayuda y se den cuenta que no están solas y se puede salir de eso

Se recomienda discreción al leer, si eres menor de edad lees bajo tu riesgo ⚠️

*** CAPITULO CON CONTENIDO SPANKING DISCIPLINARIO ***

La siguiente en ser llamada fue Paige la cuál estaba recibiendo una fuerte azotaina, Adel había decidido castigar a las cuatro de la misma manera para dejar el mensaje claro y que está situación no volviera a repetirse

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La siguiente en ser llamada fue Paige la cuál estaba recibiendo una fuerte azotaina, Adel había decidido castigar a las cuatro de la misma manera para dejar el mensaje claro y que está situación no volviera a repetirse.

Cualquier otra persona ya hubiera llamado a la policía haciendo que eso dañará sus carreras las cuales ni siquiera habían empezado.

Eso sería una pésima mancha en su expediente por ello no debía dejarlo pasar.

—¡No puedo creer que osaras a participar en semejante locura! Y encima probarte mi traje como si fuera tuyo ¡No tenías ningún derecho Paige Huerta!

Regañaba y azotaba golpeando con el cepillo a la rubia, siendo que por su color tan blanco de piel, su culo no tardará en ponerse de color rojo cereza casi al instante que comenzó con la mano y no se diga del cepillo.

—¡Auuuuu lo siento -se quejaba entre sollozos mientras pateaba- Perdón en serio yo sé que me equivoqué, no debí hacerlo.

Lloriqueaba y pateaba mientras sentía las nalgadas de forma intensa, tenía unas ganas tremendas de taparse para frenar la paliza pero sabía que eso sólo empeoraría las cosas.

—Exacto no debiste pero lo hiciste, eres de las mayores tenías que dar el ejemplo y no participar en tremendo acto tan... -Adel se guardó la palabra altisonante que quería soltar en ese momento- Inmaduro, además de criminal pues me robaron.

Aprovechó para darle unos cuantos golpes en los muslos de la chica, justo debajo de las nalgas -en esa unión entre ambos- Ésto al sentarse le haría recordar lo que había hecho y se lo pensaría mejor para la otra.

—Ay no allí no qué duele...

—¡¿Perdón, acaso me estás diciendo cómo debo castigarte?!

—No, no lo siento.

Lloró apretando sus párpados ya para entonces su cara estaba igual de roja que su trasero, esto era una de las desventajas de ser de tez tan clara ya qué en este tipo de piel el color se atenuaba aún más.

En toda la oficina se producía un sonido de eco, efecto del cepillo azotando de forma seca pero dura el trasero de la chica incluidos con sus llantos y los regaños de su profesora.

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