Dos hermosas bailarinas, una es fuego, otra es aire, una baila con amor con sentimiento, otra con técnica y concentración.
Siempre han sido rivales pero ahora deberán bailar juntas y aprender una de la otra.
Del odio al amor solo hay un paso.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
• • •
Adel se encontraba frente a las adolescentes sentada en esa dura silla de madera, viéndolas atentamente con su codo apoyado en el escritorio reposando el mentón en la palma de su mano jugando con sus dedos en la mejilla a la espera que alguna dijera algo pero no había respuesta.
Antonia seguía con sus tareas tratando de no meterse demasiado pues aunque no sabía lo que había sucedido no iba a decir lo poco que vió cuando llegaron. Kamryn seguía fingiendo que le dolía el estómago acostada en la cama y Paige sentada con la mejor de sus sonrisas sin decir palabra.
La mujer sentía la necesidad de jalar a cualquiera de esas dos mocosas, ponerla en sus rodillas y azotarla fuertemente con su mano para que hablara y la verdad a quien más ganas le daba de castigar así era a la morena por su pésima interpretación de enferma. Ella que creía que de las 3 era la más madura sin embargo se estaba prestando para este juego de mentiras, aunque bueno después de todo Kamryn aún era joven e inmadura en muchos aspectos no podía pedirle mucho.
Sería injusto para la chica.
—¿Y bien ya me dirán que pasó en esa fiesta?
Preguntó con voz neutra-suave pero sin perder ese toque de seriedad dándoles a ver qué efectivamente ninguna se iría a dormir hasta que confesarán.
—Es que no fue tan grave.
Dijo la rubia rompiendo el silencio intenso que se había apoderado de la habitación además por alguna razón tenía mucho calor ¿O eran los nervios?
—Entonces díganme qué fue lo que pasó señoritas, como les dije tengo toda la noche pero saben que hacerme esperar no es bueno para ustedes -las chicas tragaron saliva nerviosas y todas voltearon al baño escuchando el ruido de la regadera- ¡Escuchaste Valentina, odio que me hagan esperar así que sal de una buena vez a menos que quieras que vaya por las llaves! No creo que quieras que te interrogue en bata de baño ¿O si?
Con ese grito tanto las chicas de afuera como la de adentro saltaron del susto, Valentina más que se mordía las uñas en señal de desesperación y es que solo se había metido a bañar para "justificar" el porque de su cabello mojado sólo que también apestaba a cloro por lo cual estaba usando suficiente shampoo para que el olor se fuera rápido.
—¡Ni se le ocurra pasar maestra!
Alzó la voz enfadada enjuagandose con abundante agua para salir, ya que sospechaba que efectivamente podría entrar en cualquier momento.
—¿Disculpe señorita a caso me está dando una orden?
Adel sé levantó de la silla pasando frente a sus estudiantes que respiraban agitadas para luego tocarle la puerta a lo que la adolescente brincó y salió de la regadera para secarse rápidamente.
—No, claro que no lo siento. Espéreme ya casi salgo.
—¡Le doy 5 minutos ni uno más! -se volvió a sentar cruzada de brazos alzando una ceja hacía las otras tres- Y tú Kamryn siéntate y deja de fingir de una vez, es mejor que empiecen hablar o su castigo será peor.