Dos hermosas bailarinas, una es fuego, otra es aire, una baila con amor con sentimiento, otra con técnica y concentración.
Siempre han sido rivales pero ahora deberán bailar juntas y aprender una de la otra.
Del odio al amor solo hay un paso.
⚠️ Atención este es un capítulo que tocara temas sensibles sobre TCA, te recomiendo que si sufres algún trastorno alimenticio no leas ni tomes consejos de aquí. Quiero tomar este tema con seriedad, jamás ha sido mi intención aprobar este tipo de conductas y me esforzaré en que haya conciencia sobre esto.
Por favor si tienes la dicha de no pasar por algo así, no juzgues, nunca sabes a ciencia cierta como se siente la persona quien lo padece ⚠️
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Hace 7 años
Valentina se encontraba en casa comiendo la sopa de fideos con verduras que su mamá había preparado, mientras la veía cocinar un pastel como postre ya que en su casa siempre había pastelillos o golosinas caseras que Clara hacia y es que a la mujer le encantaba cocinar pero aún más comerselos.
—¿Y bien ya me dirás si puedo ir ir al cumpleaños de Nicky?
Le preguntó la pequeña dándole un bocado a su comida viéndola atenta pues ya tenía varios días que le había dicho que lo iba pensaría sin embargo no le daba una respuesta.
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—No lo creo -vio como su hija dejó caer la mandíbula incrédula- No me veas así, sabes que la fiesta será la pista de patinaje y que puedes lesionarse gravemente si caes. Puedes quedar fuera una temporada en tus clases ¿Eso quieres?
La niña de 9 años rodó los ojos molesta dejando de comer por un momento.
—Tú ya sabías que iba a ser en una pista de patinaje y aún así me dijiste que lo ibas a pensar me ilusionaste en vano ¡No es justo, jamás puedo hacer nada cómo una niña normal!
—No me grites Valentina, tú no eres como las niñas de tu edad estás en ballet y también tienes que ser responsable, recuerda que si te lastimas no solo te afecta a ti sino también al grupo.
—Pero mamá por favor, déjame ir todos en el salón asistirán y debo asistir tengo que conservar mis amistades o se repetirá lo de la otra escuela donde nadie me quería. Prometo patinar en la orilla y no soltarme pero déjame ir.
