Quiero decirles a mis hermanas "¡se los dije! ¡Tener a Lucian aquí es un peligro!" pero creo que no es el momento considerando que hay un señor musculoso, enorme como un gigante y con un arma en las manos corriendo hacia nosotros.
Lo bueno es que Dante es más rápido que Francesca y yo para tomar acciones en momentos de crisis como ésta. El tipo ya viene por la mitad de la escalera cuando Dan lo apunta con su mano y dice:
-Dimittite eam ut vadat.
El arma del atacante cae al suelo, con un estruendo, pero eso no impide que siga corriendo hacia nosotros. Es como si esperaba que eso sucediera.
El tipo sabe quienes somos. Sabe que somos hechiceros y de lo que somos capaces. Lucian tenía razón, es de su grupo de cazadores de hechiceros.
Lo siguiente que sucede pasa tan rápido que ni siquiera me doy cuenta realmente de lo que pasó hasta que ya es muy tarde. El tipo corre hacia nosotros y nos embiste como si fuera un toro y nosotros estuviéramos vestidos solo con ropa roja. No parece tener ningún objetivo en específico. O eso es lo que creo cuando veo que ha entrado en la habitación de Lucian y tiene a Francesca entre sus brazos, amenazándola con una cuchilla.
-Suéltala- le hablo sin pensar. Lo único que me importa es que mi hermana pequeña está en manos de ese asesino- Ahora.
-Creo que no estás en ninguna posición de pedir cosas, brujita- me responde haciendo que arda mi piel. Odiamos que nos digan brujas o brujos. Debe saberlo.
Miro a Dante quien parece en estado de shock. Lo único que hace es bajar las manos- que son prácticamente nuestra arma- y mirar a Francesca.
Mi hermana está asustada. Puedo ver las lágrimas en sus ojos verdes, pero también la conozco lo suficiente como para saber que no va a derramar ninguna de esas lágrimas. Fran es la más sensible de los tres, pero también es la más fuerte.
-Cualquiera de los dos brujitos que levante sus manos y la brujita pequeña muere, ¿me escucharon?
-Como si no pudiéramos hacer magia sin levantar las manos, idiota...
-Cállate, Elysia- me interrumpe Dante con un semblante tan serio que logra que me mantenga callada.
Mirando la situación desde cualquier lado, estamos atrapados. Tanto él como nosotros. Dante y yo estamos fuera de la habitación sin poder hacer nada para ayudar a Francesca porque, si nos movemos, el tipo no dudará en cortarle el cuello. Lucian está a un lado de la habitación, mirando fijamente a su compañero y Francesca.
Aunque puede que no sea su compañero como tal. Lo mira con demasiado odio para que sea su amigo o algo por el estilo.
-Déjala ir- dice Lucian sin dejar de mirar con odio al tipo que amenaza a Francesca- Me vienes a buscar a mí, ¿no?- el tipo no responde- Sólo déjala ir y ellos me dejarán ir a mí.
-O los mato a todos y te llevo conmigo, niñato desagradecido.
-Estoy atrapado aquí, imbécil. ¿No crees que si pudiera irme ya lo habría hecho?- nuevamente silencio por parte del tipo ese. Supongo que no tiene una mente muy brillante- Sabes que si llegas a casa sin mí, eres hombre muerto.
-No sabes lo que dices, Lucian...
-Lo sé muy bien- responde Luca, es decir Lucian, mirando fijamente a este hombre, ganando toda su atención. Y la nuestra, de paso- No le has dicho a Serenity que me perdiste, ¿verdad?- silencio- ¿Ves? Sabes que si llegas sin mí, ella va a colgar tu cabeza en el tendedero de la ropa.
La habitación se queda en silencio. Todos estamos pensando en qué hacer para salir de esta situación victoriosos, pero nadie ha llegado a una conclusión todavía. Me cuesta más pensar considerando que tengo a mi hermana pequeña de trece años siendo prácticamente ahorcada por un hombre tres veces ella.
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La magia perdida
Fantasy¿Podrías perdonar a la persona que asesinó a tus padres cuando tenías solo ocho años? Esa es la pregunta que se hace Elysia Baggio, una de las últimas hechiceras del planeta quien, junto a sus hermanos Dante y Francesca, buscan una forma de sobrevi...