Capítulo 41: Elysia

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Las buenas noticias es que mi resfrío ha desaparecido casi por completo. La mala noticia es que el pie aún duele como las mil mierdas. Creo que sería menos doloroso sacarme el pie y quedar coja, pero esa no es la mejor idea si quiero salir de aquí.

Además, estoy muy aburrida. Solo me tienen aquí encerrada con la única posibilidad de hablar con Owen, quien ya se está acostumbrando a mi mala actitud y me soporta un poco más. Eso me enoja porque mi objetivo es sacarlo de quicio.

Al menos Serenity no se ha aparecido por aquí- cuando estoy despierta, al menos- y eso es bueno. No me agrada ver su cara de loca por aquí. Me perturba un poco que esta sea la mujer que le arruinó la vida a Lucian. La que lo torturó y lo obligó a hacer un montón de cosas que no quería. Si estuviéramos en una posición donde ella está encarcelada y yo libre, ya la habría asesinado. Solo para vengarme del pequeño Lucian de ocho años que sufrió de lesiones graves en la espalda por culpa de ella y un látigo.

Hoy es el día que dejo de tener tanta suerte. Lo sé en el segundo en que Owen abre la puerta y entra Serenity con una chica que no conozco. Está vestida todo de negro en un traje muy parecido al que usaba Lewis, el tipo que intentó rescatar a Lucian y éste terminó matándolo.

Que buenos tiempos, ¿no?

La chica es baja- mucho más que yo- y parece más joven. Quizá unos catorce años. Creo que es demasiado joven para estar metida en esta mierda.

Y está asustada. Puedo sentirlo en el momento en que sus ojos azules conectan con los míos.

-Elysia, buenos días- dice Serenity al tiempo que camina hacia mi celda con la chica tomada del brazo.

No respondo. Owen se les une cuando se da cuenta que no estoy de humor para cooperar con ellos hoy. Cree que con su presencia me va a intimidar, pero ya superé la etapa del miedo con él desde el momento en que me di cuenta que puedo hacer cosas peores con él que romper un simple hueso que se recuperará en una temporada.

Serenity y la chica quedan lo más cerca posible de mi celda con Owen como su guardaespaldas, o como me gusta decirle, como su perro guardián. Me fijo en la chica y creo que se le están comenzando a juntar unas lágrimas en los ojos. Me mira con temor y recelo. No quiere estar aquí.

¿Qué le han dicho a esta chica sobre los hechiceros que me tiene tanto miedo? ¿Y no le tiene miedo a Owen?

-Kasey, esta es Elysia- le dice Serenity a la chica mientras me apunta con uno de sus dedos- Una de las últimas hechiceras que quedan en el planeta.

-Sí, gracias a ti, psicópata- la interrumpo, ganándome una muy mala mirada por parte de Owen.

-Cómo te decía- vuelve a hablar Serenity, un poco más molesta- Elysia también es una de las más peligrosas. Es capaz de leer y controlar la mente de los demás.

Así que, ¿para eso estoy aquí? Me siento como un animalito en un circo siendo mostrado para la entretención de los demás, aunque en este caso, parece más un método de entrenamiento.

La chica, Kasey, me mira con recelo. Intento darle una pequeña sonrisa para infundir un poco más de confianza, pero no parece funcionar.

Aquí yo no soy la mala de la película, pero Serenity quiere hacer creer que es así. Quiere que todas las personas de su séquito se convenzan que los hechiceros somos malos y tienen que eliminarnos para su seguridad. Manipulación a través del miedo. Un clásico de la humanidad.

Estoy tan concentrada en ella que sus pensamientos se cruzan en mi mente, leyendo su cabeza sin haberlo querido en un inicio, como siempre me sucede:

"No se ve tan mal... No parece peligrosa"

La magia perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora