Capítulo 36: Elysia

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Luc y yo llevamos unos dos meses en esta relación sin nombre, aunque se parece mucho a una relación novio-novia exclusiva. Pasamos mucho tiempo juntos, hacemos proyectos de la escuela juntos y ya ni siquiera finjo que duermo en mi habitación.

Me gusta la calma en la que se ha transformado mi vida últimamente. Hasta Dan se ha calmado con eso de que no le gusta la relación que tengo con Lucian. Le costó bastante, pero parece que logró aceptarlo. Tampoco es que me quitara el sueño, la verdad.

Anoche no me sentía muy bien cuando me fui a dormir con Luc. Me sentía más cansada de lo normal y mi garganta ardía un poco. No suelo enfermarme nunca. Quizá una o dos veces al año y al parecer la de este año ya ha llegado.

Despierto con un dolor de cabeza enorme y mi garganta sigue sintiéndose como lija cuando intento tragar. Me quedo despierta, pero recostada unos minutos solo analizando mi sufrimiento hasta que despierta Lucian a mi lado.

-Te sientes como la mierda, ¿verdad?- me pregunta antes de que abra los ojos siquiera.

-Siento que quiero morir- respondo con un quejido.

Lucian me acurruca más a su lado, abrazándome por la cintura, para luego besar mi cabeza con ternura.

Mierda, ¿en qué momento nos volvimos así?

A veces siento que todo pasó demasiado rápido, pero las cosas son así algunas veces, ¿verdad?

-Deberías quedarte en casa hoy- dice luego de unos minutos en donde escucho a los demás levantarse, pero de verdad que no quiero dejar esta cama- No hay nada importante en la escuela.

-Puede que tengas razón.

-Mierda, de verdad te sientes mal si me estás dando la razón- siento como Lucian pone la palma de su mano en mi frente para medir mi temperatura- Creo que tienes un poco de fiebre.

-Deberías alejarte de mí o te voy a contagiar.

-Probablemente ya tengo el virus incubando en mi interior así que da igual- me responde antes de levantarse.

Abro los ojos y veo a Lucian buscar ropa para vestirse. Está completamente desnudo así que estoy disfrutando de la vista...

-No me veas así, pervertida.

-Entonces ponte algo encima, idiota.

Escucho como Lucian se ríe y trato de reírme también, pero eso hace que mi cabeza me dé una puntada y muchas ganas de matarme. Luc me mira con lástima antes de entrar a su baño para darse una ducha.

Odio estar enferma. Además, soy una pésima enferma. Me pongo de mal humor y me doy por vencida muy pronto.

Pasados unos minutos, Luc sale del baño y yo sigo en la misma posición en la que me dejó antes. Hasta moverme duele como las mil mierdas. Lo único bueno es que mi sistema inmune es maravilloso y me recupero en un par de días. Tres como máximo.

-Le diré a tus hermanos que te quedarás en casa hoy, ¿bien?

-Diles que vengan a cortarme la cabeza y a jugar al fútbol con ella.

Lucian ríe mientras se acerca a mí. Me da un beso pequeño y dulce en la frente y en los labios.

-Volveré antes del almuerzo a ver como sigues- me dice con un susurro, lo que agradezco por mi dolor de cabeza- Pasaré a comprar medicamentos también, brujita.

Asiento con la cabeza y le sonrío para que sepa que le agradezco su preocupación a pesar de que sigue con ese sobrenombre estúpido que me ha dado. Lucian se despide de mí con la mano y cierra la puerta.

La magia perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora