Después de sentirse tan mal en la clase de deporte, Ely se queda dormida en el sofá con su cabeza recostada en mi regazo. Me pongo a ver una película de acción en la televisión hasta que Fran y Dante llegan a casa. La primera se acerca a su hermana y la revisa de pies a cabeza para ver si está bien. El segundo solo parece demasiado incómodo como para mirarnos, la verdad.
-Tiene la cara muy roja- comenta Fran luego de unos segundos de su exhaustiva revisión- ¿Está bien?
-Sí, creo que solo se quemó con el sol- le contesto mientras acaricio su cabello.
-Dicen que la profesora está así porque su esposo la engañó- me comenta Fran con el mismo chisme que había escuchado yo- No debería gastarlo con sus estudiantes así.
Dante, quien se había mantenido al margen hasta ese momento, decide que es su minuto de hacer presencia y hablar:
-A veces la gente hace cosas irracionales que nadie puede entender, Francesca.
No soy Ely. No puedo leer los pensamientos de los demás y mucho menos sentir sus emociones, pero estoy completamente seguro que esa fue más una indirecta para mí que un comentario inocente sobre la situación sentimental de nuestra profesora.
Bien, está molesto y seguramente porque esta mañana descubrió lo de Ely y lo mío, pero ¿qué le importa a él? Esto tiene que ver con la vida de su hermana y la mía. La de nadie más.
-Fran- llamo su atención a lo que ella me mira con esos ojos que son los mismos de Ely- ¿Te quedas cuidando a tu hermana un segundo?
Francesca mira alternadamente entre Dante y yo. Luego de unos segundos, suspira y asiente con la cabeza.
Me levanto del sofá y camino hacia la cocina, para obtener un poco de privacidad. No tengo que darme la vuelta para saber que Dante me ha seguido y no está muy feliz conmigo.
-¿Se puede saber qué te pasa?- le digo, un poco molesto.
-¿Qué me pasa a mí?- contesta, casi gritando- ¡Tú eres el que se está follando a mi hermana!
-Hey, nada ha pasado entre nosotros- aún, pero eso me lo guardé para mí mismo- Además, Elysia está bastante grande para tomar sus propias decisiones y si ella quiere estar conmigo, dudo mucho que haya mucho que tú puedas hacer al respecto.
Veo que la vena de la frente de Dante se hincha y se marca más de lo normal. Me aguanto una risa cuando me doy cuenta que es lo mismo que le sucede a Elysia cuando se enoja.
Son tan parecidos en muchas cosas, pero también muy diferentes en otras.
-No me gusta esto que está pasando entre ustedes.
-No creí que te estábamos pidiendo tu opinión, la verdad.
-¡Hace un par de días se odiaban!- exclama, completamente fuera de control- ¡Ely quería matarte!
-Bueno, las personas cambian- digo con calma. Alguien tiene que mantener la compostura ahora- Aprendimos a conocernos bien, eso es todo.
-¿Conocerse bien? ¡Pero si ni siquiera hablan! ¿Cómo es posible que se conozcan, Luca?
-Si hablamos. Que tú no lo veas no significa que no exista, Dante.
Dante niega con la cabeza. Se nota que no le gustan las discusiones porque no sabe cómo contraatacar ahora. En eso es distinto a Elysia. Ella jamás se calla hasta que haya ganado la discusión sin lugar a dudas. En cambio, él solo se da media vuelta y se va de la cocina. Lo escucho subir las escaleras y encerrarse en su habitación.
Genial. Supongo que es mi turno de hacer la cena.
...
Luego de la cena, las cosas estaban tan tensas entre todos que cada uno se fue a su habitación. Ely, como siempre, luego de asegurarse que sus hermanos estaban dormidos, se pasa a mi habitación.
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La magia perdida
Fantasy¿Podrías perdonar a la persona que asesinó a tus padres cuando tenías solo ocho años? Esa es la pregunta que se hace Elysia Baggio, una de las últimas hechiceras del planeta quien, junto a sus hermanos Dante y Francesca, buscan una forma de sobrevi...