Amelia Hamilton
Para cuando nos dimos cuenta mi tía y yo nos encontrábamos rodeadas por tres personas con problemas serios del manejo de emociones, para ser adultos los tres tenían emociones de niños de 10 años, quizá era la confianza ya que los conozco desde los 9, llegaron en el peor momento en mi vida la perdida de mi madre, ellos me ayudaron a superar un poco el dolor y vacío que sentía.
Nos conocimos en el primer día de clases, ya que yo era nueva en New York, hacia solo unos meses había llegado a la ciudad.
Año 2008Primer día de clases cuando entre al salón todos parecían en su propio mundo, así que decidí sentarme en una silla al fondo, para cuando llegue al pupitre me di cuenta que estaba una niña al lado ya que usualmente se comparten los asientos, el banco tenia su nombre,decía Alissa.
— Hola — Le saludo amigable.
— Hola — Ella dijo timida, se me hizo muy linda.Al parecer casi no había echo amigas, se me hizo raro ya que era muy linda.
Cuando me invito a ir con ella a la cafetería le dije que si, solo que iría primero al baño y le dije que se adelantara.
Cuando entre a la cafetería estaba de un humor horrible, me había acordado que ayer había tenido una discusión con mi padre. Cuando entre al comedor me pareció ver a Alissa rodeada de lo que parecían ser varias niñas, pense que estaban socializado, pero era todo lo contrario.
— No perteneces a este lugar eres una maldita rata igual que tu padre.
Alissa no se defendía y eso no fue de mi agrado, Al parecer eran las típicas Bullings pero para su mala suerte, yo ese día no estaba de humor no toleraría ese comportamiento, y lo que me colmo la paciencia fue ver como le echaron una bolsa de harina encima, como demonios habían metido harina a la escuela.
Me acerque a su mesa y tome la primera bandeja de comida que había, y se lo tire a la castaña que al parecer era la líder.
— Quien te crees que eres! Hare que te expulsen de la escuela! Eres una tonta.
—Me grito enojada sus amigas dos rubias, trataban de limpiar la sopa que había en la bandeja.— Quien te crees tú, crees que por que tienes dinero y una posición social estable, puedes juzgar quien vale más?, estas muy equivocada, solo eres una malcriada. — Dije de lo más calmada.
— Quien te cres que eres tu, de seguro debes ser una becada con aires de salvadora.
—Me volvió a gritonear.— Así sea una becada, o no, eso a ti no te importa, ya deja a Alissa. —Trate de acercarme a ella, pero una de sus amigas me tomo bruscamente del brazo, antes de que pudiera reaccionar una rubia que estaba en el mismo salón apareció y empujó a la que me había tomado del brazo, callo en lo que quedaba de la harina que le habían echado a Alissa.
ESTÁS LEYENDO
La Herencia Hamilton
RomantizmAmelia Hamilton, a lo largo de su corta vida ha tenido que sobrellevar la carga de ser una heredera, de la mejor empresa de autos en todo Estados Unidos. Amelia tendrá que dar la cara por el patrimonio que le corresponde, ya que habrá personas que...