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La melodía resonaba por todo el salón, las jovencitas con sus mejores vestidos se ondeaban entre la multitud y los caballeros analizaban quien sería su mejor partido de esa noche. Entre ellos unas inafortunadas señoritas se mecian en sus lugares.

Portia observaba a sus hijas con una mirada crítica, pues, este año planeaba al menos tener una boda decente en su familia.

─ Anne, querida, deberías sonreír más. ─ Miro a Penélope mientras fruncia sus cejas. ─ Penélope, ese color te hace resaltar tus mejores atributos.

Ambas hermanas voltearon a verse confundidas pero no dijeron nada al respecto, el color de sus vestidos era espantoso. Anne tomó a su hermana del brazo y la hizo caminar con ella lejos de su madre, necesitaba escapar de la sofocante mirada de las personas sobre ella.

─ ¡Santo dios! ─ suspiro abanicandose con la mano. ─  Pen, ¿como lo haces?

─ Bueno, yo me he acostumbrado a pasar desapercibida, así que no me es muy difícil deslizarme por ahí sin que se note mi presencia. Ya sabes "una flor de pared" o una decoración más.

Anne arrugó el rostro mientras escuchaba a Penélope hablar tan despectivamente de ella misma, los hombres si que eran crueles con las jóvenes debutantes y ni hablar de las mismas.

─ Bueno, las personas están tan ciegas y no ven más allá de tu posición social. Y como te he dicho, eres hermosa y llegará la persona indicada que pueda apreciar lo que eres Penélope, así que te pido o más bien te exijo que dejes de hablar de esa forma!

La meno río al escuchar a su hermana tratar de sonar imponente, Anne también se contagio de su ánimo y comenzó a reír, llamando la atención de varias personas.

....

Los Bridgeron llegaron al baile, Lady Violet venía tomada del brazo con su hija, Eloise, Anthony y Benedict venían detrás de ellas. La más pequeña de los 4 Bridgerton presentes se encontraba incomoda con su vestido y lo único que quería era escapar del baile con su mejor amiga.

─ Deja en paz tu vestido. ─ Anthony reprendió a su hermana al verla moverse tan bruscamente jalando la tela del vestido que llevaba.

─ Te ves preciosa querida. ─ La vizcondesa  sonrió mientras miraba a su hija.

─ Parezco una ternera en una subasta. ─ Replicó mirando a su madre.

Benedict se acercó a ella mientras imitaba a un ternero soltando una risa, su hermana entrecerro los ojos mientras lo miraba.

Un joven se acercaba a ellos con la intención de entablar conversacion con ella, benedict al darse cuenta se la llevo con la vaga excusa de ir por "pastelillos" dejando solos a la vizcondesa y a su hijo mayor. Anthony se encontraba escaneando el salón, mirando a cada señorita aunque inconscientemente buscaba a una pelirroja.

─De verdad que hay pocas opciones. ─ Medito mirando a las jóvenes debutantes.

─ Seguro que habrá alguien que te cautive. ─ Respondió su madre mientras alzaba la voz. ─ Después de todo, en esta temporada el vizconde quiere encontrar a su esposa.

─¿Enserió hiciste eso? ─ Anthony miro a su madre mientras un grupo grande de debutantes se acercaba ofreciéndole su tarjeta de bailes.

─ Lord Bridgerton. ─ Se escuchaba por todos lados como era llamado por varias mujeres, y es que nunca se le dio tan mal conversar con las señoritas pero ahora se sentía asfixiado por tanta atención femenina. Sonrió como siempre y se excuso de algunas de ellas para poder llegar a la mesa de bebidas.

Le dio un trago grande a su limonada mientras pensaba en la manera más sutil de desaparecer de allí, quizás ver a sienna una última vez no le vendría mal, con ella siempre olvidaba que su vida era así, que su título conllevaba una gran responsabilidad, aunque meditando las últimas palabras que le dedico a la cantante dudaba que ella quisiese siquiera encontrarselo por casualidad.

Ours; Anthony Bridgerton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora