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Anthony llegó a la mansión Fatherington e ingresó en ella, pasando de largo a todos aquellos pretendientes que esperaban para entrar al salón.

Un murmullo recorrió el pasillo al advertir su presencia. Los pretendientes lo miraban con recelo, algunos incluso con abierta hostilidad, pues al ser un vizconde tenía más oportunidad de cortejar a la señorita Anne. Ignornado todo aquello Anthony se abrió paso entre los hombres para poder llegar al salón.

La imagen que se llevó al entrar en el salón Fatherington lo aturdio, un joven a arrodillado frente a Anne le recitaba una poesía mientras otros cuantos la rodeaban. Ella sonreía ampliamente a aquel caballero que identifico como Lord Seymour, que ridículo se veía allí, pero el estaba más molesto por que Anne no había percibido su presencia allí, la única que lo había visto fue Penélope y al hacerlo rápidamente le susurró algo a su madre, Lady portia se levantó de un salto.

─Vizonde Bridgerton. ─ Hablo fuertemente mientras se acercaba a Anthony. ─ Es un placer que nos honre con su presencia. ¿Viene a ver a nuestra querida señorita Fatherington?

La mencionada alzó su vista y ambos conectaron miradas, Anthony se sentía hechizado cada vez que veía aquel par de ojos azules y Anne estaba frunciendo el ceño puesto que no esperaba verlo, no al menos en su casa.

─ Si, quisiera un momento a solas con la señorita Anne. ─ Carraspeo mientras seguía mirándola. ─ Claro, si me lo permite.

Portia sin pensarlo dos veces, nisiquiera se detuvo a preguntarse si estaba siendo grosera, arrastro a todo el mundo fuera del salón, incluyendo a la pobre Penélope que se disculpaba con los caballeros por la actitud de su madre. Sólo quedaron ellos dos, Anne parada en un rincón y el apenas a unos pasos de ella.

─ ¿Qué lo trae por aquí, Lord Bridgerton? ─ La voz de Anne salió golpeada mientras interrogaba con la mirada a Anthony.

─ Anthony, tú puedes tutearme. ─ Carraspeo mientras hacía el esfuerzo por no acercarse más a ella. ─ yo.. en realidad estoy aquí para disculparme por lo de anoche. No debí hablarte de esa manera y nisiqura debe de importarme con quien decidas casarte.

¡Crack!

¿Ese era su corazón rompiéndose? ¿Y que esperaba? Jamás le confeso a su amigo lo enamorada que se encontraba de él. De hecho, jamás le había hablado a nadie sobre sus sentimientos así que no le sorprendía el tono frío con el que él hablo.

Al ver que ella no decía nada continuo. — El conde será un excelente esposo para ti. — dijo con voz tensa intentando ocultar la amargura de sus palabras.

─ ¿Por qué dices eso? — Anne lo miraba con sorpresa y curiosidad, pues el día anterior parecía querer matar a aquel hombre.

─ Solo pienso que te haría.. ─ Carraspeo mientras la miraba. ─ Feliz.

Anne sintió como la tristeza la inundaba. En el fondo, las palabras de Anthony la herian. No era el conde al que amaba, si no a el, al hombre que ahora le hablaba de un futuro sin él.

─Yo.. yo estoy segura de que el conde es un buen hombre. – murmuró intentando ocultar la tristeza teñida en su voz. No podía negarlo, la idea de casarse con él conde le resultaba insoportable por que su corazón pertenecía a Anthony y sólo a él.

─ Bien, espero que encuentres un buen matrimonio Anne. —Intento sonreír pero fue más una mueca.

Se sentía atormentado al pensar en ella así que necesitaba irse ─ Si me disculpa señorita Fatherington, tengo asuntos que atender.

Mintió. Anne sabía que mentía pero aún así no lo detuvo y solo vio su espalda alejarse por el salón y después desaparecer detrás de aquella puerta. En el fondo ambos sabias la verdad: Anne estaba enamorada de él y el de ella. Pero las circunstancias, las obligaciones sociales y el orgullo se interponía en su camino, amenazandolos a separarlos por siempre.

Portia Fatherington al ver salir al vizconde entró al salón como si fuese un rayo y fue directamente hacia su hija.

─ ¿Qué fue eso? ─ zarandeo su brazo. ─ ¿Por qué Lord Bridgerton vino aquí? ¿Está interesado en ti?

─ No. ─ Musito. ─ Solo vino a disculparse por... iré a descansar, me duele un poco la cabeza.

Hizo una reverencia a su madre y salió más bien huyo de sus preguntas. No mentía, su cabeza daba vuelta y sentía que vomitaba en cualquier momento.

Como pudo se tumbo boca abajo en su cama e intento descansar, pero unos toques sutiles en su puerta la hicieron renegar antes de musitar un suave: Pase

─ Oh, eres tú. ─ Seguía boca abajo pero pudo mover un poco la cabeza para ver la figura de su hermana menor ingresando a la habitación.

─ ¿Por qué Anthony Bridgerton estuvo aquí? Jamás había venido a casa en todos estos años a menos de que fuese un baile.

Penélope se sentó a su lado mientras tomaba uno de los cojines de la cama. Estaba tan intrigada por saber que había pasado entre lord Bridgerton y su hermana, quizá whistledown también quería saber algo.

Anne suspiro tan fuerte y afligida antes de darse la vuelta y ver a su hermana. Quería decirle lo enamorada que estaba y lo mal que lo había pasado hace 5 minutos pero ¿Podría? No, claro que no, era una cobarde así que opto por mentir.

— Vamos, Anne, cuéntame todo. —Penélope tomo la mano de su hermana.

—Anthony... él me habló de una manera tan grosera. Me dijo que el Conde sussex no era bueno para mí, que solo me buscaba para divertirse un poco. —suspiro sentándose mientras miraba al vacío.

— ¿Qué? ¿Pero por qué dijo eso?

—No lo sé. Dice que se preocupa por mí, que no quiere que me lastime.

— ¡Vaya manera de demostrar su preocupación!

— Lo sé. No puedo creer que sea el mismo Anthony con el que crecí.

Recordo aquellas veces en el que ambos se quedaban hasta altas horas en el jardín antes de que el se fuese a eton, la veces en que habían tenido duelos de esgrima a pesar de que estaba totalmente prohibido para ella e incluso las veces en que sólo estaban allí, en silencio, contemplando a la nada.

— Anne, no tienes que tolerar esto. Si Lord Bridgerton no te trata con el respeto que mereces, entonces no es digno de tú atención.

La pequeña Fatherington apretó suavemente la mano de su hermana mayor, ella sabía muy en el fondo que Anne estaba preocupado por alguna otra razon, quizá algo más grande de lo que se pensaba y Lord Bridgerton era culpable de su tan afligida situación.

....

N

ota de autor:

Me encanta complicar la vida amorosa de mis personajes, sobre todo si son los hermanos mayores más testarudos de la ton, me encanta muchísimo Anne y su sentido rebelde. Anthony debería ponerse a las pilas si no quiere que cierto rubio se lleve a su chica.

Ours; Anthony Bridgerton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora