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Anthony se encontraba en su estudio tratando de no pensar mucho en lo que había sucedido la noche anterior con Anne. Llevaba toda la noche y gran parte de la mañana allí.

Inconscientemente llevó una de sus manos a sus labios, recordando como se sentía besarla.

Mierda.

Estaba mal, no, el estaba jodido. Había sido poco caballeroso besarla de esa manera ¿Donde había quedado su honor? No, ella tampoco había tratado de alejarse del todo.

Frustrado se sirvió otro vaso de whisky mientras escuchaba unos ligeros toques en la puerta del estudio ¿Quien lo molestaría tan temprano en la mañana?

─ Pase. ─ murmuró mientras se dejaba caer en su silla.

Su madre se encontraba parada frente a él con los brazos a cada lado de su cadera.

─¿Por qué te has ido del baile del conde sin decirme nada?

Anthony suspiro mientras miraba a su madre.

─No me apetecía quedarme. ─respondió con voz apenas audible.

Violet no se conformó con esa respuesta. Se acercó a su hijo y le miró directamente a los ojos.

─¿Ha pasado algo? ─insistió. ─ No me mientas, Anthony Bridgerton.

Tenía dos opciones, ser completamente sincero con su madre ganándose un regaño y más aún estaba seguro que en cuanto su progenitora supiese que había comprometido a Anne lo obligaría a casarse con ella y la segunda era mentirle, aunque era malo pero así se ahorraría ciertos detalles que no quería explicar.

─ No madre, solo estaba agotado. ─ Sonrió mientras se levantaba y daba un beso en la frente a su madre.

─ Oh Anthony recuerda, nos iremos a Aubrey Hall, tenemos el evento en la casa de campo.

Aubrey Hall, había sido su hogar antes de la muerte de su difunto padre, la casa en la que había crecido. Amaba el campo y poder relajarse, aunque ahora como cabeza de la familia no podía tomarse ciertas libertades.  Entre administrar sus tierras, financiar los gastos de su casa y el dinero de sus hermanos, los dotes de sus hermanas y sus negocios jamás podía relajarse. Suspiró asintiendo antes de abandonar la estancia.

.....

Anne se encontraba tendida en su cama, con la mirada perdida en el techo. Una y otra vez, la escena del beso con Anthony se repetía en su mente como un disco rayado. Sus labios aún podían sentir el calor de los suyos, su aroma masculino impregnaba sus sentidos. Un cosquilleo recorría su cuerpo al recordar la forma en que sus manos la habían sujetado, la intensidad con la que sus labios se habían unido a los de ella.

Un rubor cálido teñía sus mejillas. No podía negar que el beso la había conmocionado. Un cosquilleo persistente recorría su cuerpo, un eco del deseo que había sentido en ese momento fugaz.

Cerró los ojos con fuerza, tratando de contener las olas de emoción que amenazaban con abrumarla. ¿Qué significaba este beso? ¿Era solo un impulso momentáneo, o algo más profundo?

Suspiro mientras se levantaba y salía de su habitación para ir hacia el salón, donde encontró a sus hermanas y madre.

─ Oh querida. ─ Portia se levantó con un sobre entre las manos. ─ Hemos sido invitadas al evento de la temporada, Lady Bridgerton nos mandó la invitación para ir al campo por una semana. Ya sabes su tradicional baile de flores.

La mujer comenzó a parlotear que debían ir a la modista a confeccionar más vestidos, y ella tomó asiento entre prudence y Penélope.

─ Hermanas. ─ Sonrió. ─ ¿Recuerdenme por que volví a Londres?

Ours; Anthony Bridgerton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora