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Había pasado una semana desde que se comprometió con Anthony y su boda estaba siendo preparada para las últimas dos semanas del mes que estaba pasando. Tenía menos de una semana para tener todos los preparativos que gracias a la vizcondesa estaban siendo rápidamente encargados, su boda no iba a ser grande por que así lo querían Anthony y ella. Únicamente sus familiares y amigo más cercanos. Ese mismo día todas las Bridgerton y Penélope la habían acompañado a la modista, su madre a petición de Lady Bridgerton fue relegada a elegir telas y colores, Violet estaba rotundamente negada a que portia dieta su opinión sobre los colores, no quería que su próxima hija pareciera un cítrico como normalmente portia vestía. Y estaba consciente de que era despectivo pero, no le importaba en lo más mínimo.

— Buenos días Vizcondesa ─ Madame delacroix hizo una ligera reverencia con la cabeza hacia Violet mientras saludaba a las demás chicas. ─ Señoritas. Es un placer verlas a todas aquí.

─ Buenos días Madame Delacroix. Estamos aquí para preparar un ajuar y el vestido de novia de la señorita Fatherington. ─ Lady violet habló.

Madame delacroix sonrió mientras guiaba a todas hacia dentro de la tienda, había escuchado los rumores y por supuesto se había puesto manos a la obra. Su mente detallo cada uno de los vestidos que había portado Anne, sabía perfectamente su estilo y se imagino la belleza de vestido que quería presentarle a la jovencita.

Al fondo había una tela cubriendo uno de sus diseños, precisamente el diseño destina a lo joven novia.

─ Oh, este vestido será perfecto para usted señorita. ─ La modista sonrió mientras tomaba la tela que cubría su obra maestra y dio un tirón a ella, revelandolo.

Era un vestido precioso, cubierto de encaje y satin. La falda era estilo sirena ceñida al cuerpo de la novia, el velo era a juego, hombros descubiertos dando un escote algo atrevido pero sofisticado. Todas las mujeres se quedaron sorprendidas al verlo, Encantadas por el modelo que Madame delacroix había presentado ante sus ojos. Anne quedo fascinada y sin pensarlo dos veces pidió poder medirse el hermoso vestido. Madame delacroix ayudó a Anne a ponerse el vestido, y las bridgerton solo la observaban con admiración, sobre todo Lady vioelt que soltaba ligeras lágrimas de felicidad al ver a la novia. El vestido se ajustaba a la perfección, resaltando la figura delgada y elegante de Anne.

La mujer hizo girar a la pelirroja para que las demás damas fijarán su atención en ella. Todas estaban encantadas con la vista que Anne les estaba dando.

─ Oh, mi niña, te ves hermosa. ─ Susurró Lady violet mientras se secaba un par de lágrimas que se asomaban por sus ojos. Había deseado tanto el momento en que Anthony contrajera matrimonio con una mujer que lo amara pero que esa mujer fuera, la mejor amiga de su hijo de toda la vida, era una cosa maravillosa que la hacía sentirse tan emocionada. Anne, era sin dudas el alma gemela para su querido niño.

─ Serás la novia más bella de todas, hermana. ─ Penelope se levantó de su asiento para abrazar a su hermana mayor con cariño. Anne se sentía tan conmovida por las palabras que todas estaban soltando para ella.

Se dio la vuelta para ver su reflejo en el espejo, una sonrisa radiante iluminó su rostro mientras admiraba su figura. Se sentía como en un cuento de hadas con aquel vestido bellísimo en ella. Todo lo que había conocido, todo aquello que había pasado para al final terminar al lado del hombre que amaba. Anne se sentía conmovida por el camino que estaba tomando su vida, todo estaba por cambiar, cambios que traerían buenas cosas para ella. Ahora tendría una familia, una familia que merecía.

Rodeada de sedas, satenes y brocados de exquisitos colores, Anne recorría con sus delicadas manos cada metro de tela, imaginando cómo se transformaría en las hermosas prendas que llevaría en su día más especial. Lady Violet la acompañaba con entusiasmo, ofreciéndole sugerencias y guiándola en la selección de los materiales más adecuados para cada pieza. Comenzó por la bata, deseaba algo ligero y fluido, que le permitiera moverse con gracia y comodidad durante la preparación para la ceremonia. Le encantó una seda de color marfil con un sutil brillo nacarado, perfecta para resaltar su belleza natural. Madame Delacroix sugirió bordar en ella un delicado encaje floral, dándole un toque de elegancia y romanticismo.

Ours; Anthony Bridgerton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora