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Queridos lectores:

Anoche, la alta sociedad se reunió en la opulenta mansión de los smythe—smith para un baile que prometía ser memorable. Y no defraudó. La velada estuvo llena de giros inesperados, cotilleos jugosos y, por supuesto, bailes apasionados.

Sin embargo, un momento en particular eclipsó al resto: el baile entre el vizconde Anthony Bridgerton, el soltero más codiciado de la temporada, y Edwina Sheffield, el diamante de la temporada.

¿Quizás nuestro libertino favorito ya sentará cabeza? ¿Qué ocurrirá a partir de ahora entre Lord Bridgerton  y la señorita sheffield ?

Revista de sociedad Lady Whistledown
23 de abril de 1814

                     

             
             

                     

             
             

Anne llevaba ya un par de días desde su último encuentro con lord Bridgerton, había puesto de excusa un resfriado solo para no asistir a los eventos sociales esa semana. Escapaba de ellos casi como si fuesen la mismisima plaga y bueno ahora se encontraba tumbada en su cama mientras leía a esa tal Lady whistledown.

Debia admitir que una punzada de celos y algo de curiosidad le picaba por saber quien era esa tal señorita Sheffield, jamás había escuchado de ella en su vida. 

Pero pareciera que era la sensación en las últimas dos semanas, ya que Whistledown ya la había mencionado repetidas veces en su columna de chismes.

─ ¿Otra vez leyendo chismes, Anne? ─ Su madre entró por la puerta sin avisar mientras abría las cortinas.

La pelirroja tomó sus sábanas para taparse hasta la cabeza e intentar huir de la luz que entraba por las ventanas ¿cuanto habia pasado encerrada en su habitacion?

─ Hoy no te esconderas señorita. ─ Portia jalo las sábanas para retirarlas de su cama. — Está noche habra un baile en la mansión del duque Sussex y hemos sido invitadas de honor así que, ninguna excusa te salvará de ir.

Anne refunfuñando mientras miraba a su madre suplicante aunque cuando a Portia Fatherington se le metía algo en la cabeza difícilmente era sacarle esa idea. Así que media hora después se encontraba tumbada en su taburete frente a su tocador siendo arreglado por unas doncellas, para su suerte su madre no se había preocupado mucho en la vestimenta que llevaría así que sacó uno de los vestidos que más añoraba usar, uno que madame delacroix había confeccionado para ella en una de sus tantas escapadas a su tienda.

Era verde pálido con algunos toques de rosa, en el llevaba adornos de flores y moños muy sutiles, con lazo rosa que se ataba por detrás, tenía unos guantes blancos satinados a juego y su cabello fue perfectamente peinado dejando sus rizos al natural cayendo como cascada desde su espalda con una peineta dorada adornandolo.

Estaba bonita. Estaba muy bonita, se veía al espejo una y otra vez para comprobar que todo estuviese en orden cuando escucho el clic y los paso de su hermana dentro, no tenia que adivinar de quién se trataba, nada más y nada menos que Penélope.

Ours; Anthony Bridgerton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora