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El gran baile que toda la alta sociedad estaba esperando, el baile de flores y corazones de la vizcondesa Bridgerton estaba en su pleno apogeo cuando las Fatherington entraron.

Anne llevaba un vestido azul, un tono que favorecía su tez pálida. La tela caía suavemente sobre su cuerpo, acentuando sus curvas de manera elegante. Un delicado bordado de flores blancas adornaba el escote y la falda, agregando un toque de feminidad al conjunto.

Mientras Anne avanzaba por el salón, podía sentir las miradas de todos los presentes clavadas en ella. Se vio envuelta en un torbellino de luces, música y risas. Parejas elegantes giraban en el vals, sus vestidos de seda y terciopelo ondeando al ritmo de la melodía. El aroma de flores frescas y perfumes exóticos llenaba el aire, creando una atmósfera embriagadora.

De repente, sus ojos se encontraron con los del vizconde Anthony. Él estaba al otro lado del salón, observándola con una mirada intensa que la hizo ruborizarse. Su porte era imponente, su traje negro impecable y su sonrisa coqueta. Anne sintió una mezcla de nerviosismo y atracción que la dejó sin aliento. Con paso firme y decidido, el vizconde se dirigió hacia ella, atravesando la multitud como si fuera un mar que se abría a su paso. A medida que se acercaba, Anne podía sentir la fuerza de su presencia y el calor de su mirada. Su corazón latía con fuerza en su pecho, y una sensación de anticipación la recorría.

─ Esta noche se ve espectacular señorita Fatherington ─ El vizconde tomó su mano para darle un suave beso en el dorso. ─ ¿Me complaceria con escoltarla?

Portia se sorprendió de lo tan rápido que el vizconde había corrido al notar la presencia de su hija mayor, enhorabuena por Anne. Un hombre respetable de la alta sociedad sería próximamente su yerno, si las cosas marchaban tal cual ella pensaba.

Anthony escolto a la pelirroja hasta donde se encontraban su familia, recibiendola con una dulce sonrisa. Violet se acercó a ella para darle un abrazo maternal.

─ Oh, querida. Te vez espectacular. ─ Sonrió.

─ Estas preciosa Anne, si mi hermano no se molesta pediré un baile. ─ Benedict sonrió coqueto mientras tomaba la tarjeta de baile que colgaba de la muñeca de la chica y garabateo su nombre. ─ estaré encantado de hacerte girar en la pista, preciosa.

Daphne que miraba divertida como se desarrollaba la interacción de su hermano con la pelirroja propinó un puñetazo al pintor.

─ Deja de coquetearle a la novia de nuestro hermano. ─ La Duquesa riño al otro mientras lo apartaba de la chiquilla. ─ Te ves muy bien, me encanta. Mi hermano tiene mucha suerte.

─ Creo que he escuchado eso todo el día. ─ Respondió Anthony regalandole una sonrisita cómplice a su acompañante.

─ Entiendenos hermano, con ese carácter que cargas....─ Colin se mofo. ─ Creíamos que ninguna señorita aguantaría, aunque Anne estas en todo tu derecho a huir.

─ O casarte conmigo, te haré muy muy feliz.

─ Ben..─ Anthony lo fulmino con la mirada y el otro alzó las manos mientras se daba la vuelta y arrastraba a Eloise a la pista junto a él. La otra iba refunfuñando mientras sus hermanos los miraban divertidos.

Anne sonrió al sentir como Anthony se inclinaba un poco hacia ella y susurraba en su oído una invitación para el vals, ella asintió y el la guió a la pista.

La melodía invadió el salón y prontamente otras parejas se unieron a ellos. Las manos de Anthony rozaron la cadera de Anne mientras lo otra tomaba su mano para guiarla a través de la sala, sus pasos eran ligeros, sabía exactamente como moverla.

Al principio, la pista de baile estaba llena de parejas que giraban y se deslizaban con gracia. Pero poco a poco, las parejas se fueron alejando, dejando un espacio vacío en el centro. Anthony y Anne, sin darse cuenta, se encontraron solos en la pista.

Ours; Anthony Bridgerton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora