CAPÍTULO 36

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Estaba tranquila durmiendo cuando un extraño ruido me despertó. Me había parecido que alguien había entrado a casa, pero eso era imposible, todo el mundo a estas horas estaría durmiendo.

Extiendo el brazo a fuera de la cama para coger el móvil y veo que son apenas las cinco y media de la mañana. Debe de haber sido una pesadilla mía. Dejé el móvil y seguí durmiendo.

Media hora más tarde, otra vez el ruido me despertó, pero esta vez era una voz, creo que era mi madre quien estaba gritando a estas horas de la mañana.

No vi a Emma por ningún lado de mi habitación y bajé al piso de abajo corriendo. Antes de que mi madre empujara a mi amiga al suelo llegué a tiempo a abrazarla por detrás.

— ¿Estás loca?— miré furiosa a mi madre.

— No, es tu querida amiga quien está loca.— la acusó — Estaba robando comida mientras tú estabas durmiendo.

— Noa, eso es mentira.— me miró desesperada la pobre niña.

— Tranquila, eso ya lo sé.— le acaricié el pelo.

Papá bajó corriendo también despertado por el vozarrón de mi madre y se asustó al ver a mi madre coger una sartén.

— Luisa, ¿qué te pasa?

— Mamá está acusando a Emma de robar comida.— la delaté.

— Hija, no mientas.— mintió — Emma, recuerda que tienes que limpiar esta sartén, aún sigue sucio. Noa, te vienes conmigo al interrogatorio.

Papá miró desconfiado a mamá y se quedó al lado de Emma. Esta cuando la mujer se fue el baño a arreglarse nos contó a nosotros dos que pilló a Diego hace media hora entrar a nuestra casa para robar dinero con una copia de la llave de la casa. Entonces lo que escuché a altas horas de la madrugada sí era cierto. Y como Diego vio que Emma le había descubierto, le mandó un mensaje a Luisa para soltar una mentira sobre mi amiga.

— Ese gilipollas las va a pagar caro.

Cogí la chaqueta porque hacía frío y me fui con Luisa a la comisaría porque hoy le tocaba a ella el interrogatorio, mi hermana Lucía también vino con nosotros y seguramente porque mamá le haya dicho que tiene que hacer algo.

Un policía nos atendió y nos llevó hasta la sala de interrogatorio. Lucía se quedó a fuera y nosotras dos nos sentamos en las sillas enfrente del detective.

— Buenos días.— nos saludó primero — Dígame, ¿qué estaba haciendo alrededor de la hora del asesinato del señor Miguel Garay?

— Yo estaba en clase.— mintió.

— ¿Tiene algún testigo que pueda verificarlo?— siguió interrogando.

— Mira, mi hija.

— Pero ella estaba en la escena del crimen cuando nosotros llegamos.— me reconoció el detective.

— Sí, pero tengo otra testigo que estuvo durante toda la reunión en la clase conmigo.— Lucía entró por la puerta e hizo como si fuera alguien desconocida para nosotras.

— ¿Es cierto lo que dice este mujer?— le preguntó el policía.

— Sí, yo estaba en la reunión de mi hermano y esta mujer estuvo sentada enfrente mía.— se lo inventó mi hermana.

— Vale, gracias.— cerró su cuaderno que apuntó cosas — Ya pueden irse.

Yo volví a casa para coger mi mochila e ir al instituto. Tenía tanto sueño que en las clases de historia me dormí. La asignatura era un tostón y con tanta cháchara a primera hora de la mañana era todavía peor.

Sonó el timbre finalizado las clases y me quejé por dentro porque no pude copiar los apuntes cuando mañana era el examen.

Me levanté de mal humor y vi que tenía escrito el esquema de la pizarra en mi libreta. Miré a mi lado y vi que Celia me sonrió. Ella había tomado los apuntes por mí.

Volví a casa de buen humor olvidando lo de esta mañana y mi padre notó esa energía positiva en mí que no era habitual.

— ¿Qué ha pasado?— me preguntó curioso.

— Nada.— me reí.

— ¿Quién es el causante de esa felicidad?— papá me abrazó — O la causante.

— Nada, que Celia me ha ayudado en historia que ya lo estaba dando por perdido.

— Hija, me alegro mucho que hayas podido dejar a esos hijos de los amigos de mamá. Eran una muy mala influencia para ti. Además, mírate, ahora pareces otra persona.

Emma también se unió al abrazo y por la tarde me acompañó a casa de mi amigo rubio para estudiar el examen de historia de mañana también con su novia Laura y su amiga Celia.

ÁNGEL DEMONIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora