Regresé tarde a casa porque me costó estudiarme el examen. Poco tiempo después de mí volvió mamá de muy malos humos, azotando la puerta de un golpe y tirando las cosas violentamente al suelo.
Papá salió de la cocina corriendo y le cogió de las muñecas a su esposa para que se detuviera. Ella se intentó deshacer del agarre con violencia y eso hizo que se le cayera del bolsillo un papel.
Lo recogí y vi que era una factura donde le debía muchísimo dinero al padre de Raúl, una cifra que ni tendríamos todos los de la casa trabajando o vendiendo la mismísima vivienda.
— Esclava, ya puedes irte corriendo de esta casa.— le escupió a mi amiga.
— No, Emma no se va a ningún lado.— me puse delante de ella para protegerla.
— Roba comida, roba dinero y encima rompe las cámaras para que no la pillemos.— la volvió a acusar.
— Que ha sido Diego.— la encaré — Él se coló en la casa y fue él quien rompió las cámaras para robar. Y luego acusó falsamente a mi amiga de robo. Hasta seguramente que nuestra querida Lucía lo sabe pero no dice nada.
— Me da igual.— no quiso aceptar la realidad — Esta es mi casa y entonces todos me tenéis que obedecer. Y si digo que la plebeya se va de mi casa se va.
Emma subió escaleras y yo la seguí corriendo. Cuando entré a mi habitación la vi empacando sus cosas en una vieja mochila que tenía tirada debajo del escritorio.
— ¿Qué haces?— le quité la mochila de las manos y todas sus cosas.
— Me tengo que ir, Noa.
— Tú no te vas a ningún lado.— la supliqué con los ojos — Sabes que siempre te voy a defender y mi padre también, hasta te considera más hija a ti que a mi hermana.
— Noa, eso lo sé.— me miró apenada — Y siempre voy a estar muy agradecida con vosotros. Pero no puedo causar más problemas en tu vida por culpa de otras personas cuando la tuya está empezando a mejorar.
— Emma, por favor.— intenté rogar que se quedara.
— Lo siento.— me arrebató la mochila.
— Espera un momento, yo sé a dónde llevarte.
Le ayudé a recoger sus cosas y bajemos a la entrada. Crucé al lado de mi madre mirándola con la peor cara del mundo y acompañé a mi amiga a un sitio que yo estaba muy segura de que la acogerían, la casa de Celia.
— Hola, ¿en qué os puedo ayudar?— se asomó la madre de Celia por la puerta.
— Buenas noches, Irene.— la saludé.
— ¡Noa!— salió Celia corriendo al escuchar mi voz ¿Qué hacéis aquí?
— Nada, que Emma necesita un lugar donde vivir y en mi casa Luisa la ha tirado.
— Qué mal. — la mujer examinó con curiosidad a mi amiga — Venga, te puedes quedar en mi casa el tiempo que necesites.
— Yo le pagaré el alquiler de la habitación.— saqué un fajo de billetes, pero la mujer lo rechazó.
— Noa, te voy a echar de menos.— Emma se despidió de mí con un abrazo.
— Que sepas que te quiero.— le di un beso en la frente y me despedí de ella — Celia, cuídala de mi parte.
Ella asintió con la cabeza y volví a casa cabizbaja. Había perdido de mi lado a mi compañera de cuarto, mi amiga de confianza y la persona que le contaba de todo.
— Veo que no te ha durado la felicidad de hoy.— papá llegó a mi habitación y se sentó al lado mío en la cama — Siempre hay alguien quien tiene que jodernos la vida.
— ¿Entonces por qué te casaste con mamá?— pregunté intrigada.
— Fue por obligación de mi suegro con amenazas.— suspiró — Vio que yo tenía un buen negocio aunque fuese una tienda pequeñita y así podría mantener la casa. Aunque ya sabes que tú madre pertenece a la familia de mafiosos más grandes del país. Pero lo bueno de este matrimonio es que te tuve a ti.
— Yo también me alegro de pertenecer a esta familia por ti.
— Ahora tengo un problema. Creo que he descubierto cómo se siente al estar enamorado.
— ¿Es la madre de Celia no?— adiviné.
— ¿Tú crees que eso está bien? Soy un hombre casado.
— Fue un matrimonio concertado, pides el divorcio y montamos una nueva vida. — en mi mente la idea me la imaginé perfecta — Además, la madre de Celia ahora está soltera.
Papá me dio las gracias por la idea y yo me fui a la cama sintiendo un vacío. La vida así estaba empezando a no tener sentido. Yo quería ese cambio que propuse. Viviría libre de la mala de Luisa y Lucía. Estaría con la madre de Celia que me cae muy bien, de nuevo al lado de Emma, encima con Celia y vería a mi padre feliz con una mujer que ama.
ESTÁS LEYENDO
ÁNGEL DEMONIO
Dla nastolatkówÁNGEL Qué bonito es la vida, no hay nada mejor que empezar un nuevo día y conocer al amor de mi vida, o despertar junto a una amiga increíble. Todo es tan alegre y tan bello que parece un sueño. Y esta es mi historia, soy Celia, la persona más aleg...