Primer día de clases

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El llanto resonaba en la habitación, en el lugar habían dos adultos y dos niños bastantes jóvenes.

La respiración cortada empezaba a preocupar a los demás y aún luchaban por calamar el llanto.

– ¡Ya deja de llorar Osamu! – Grito el cobrizo.

El alfa dijo algo completamente inaudible e incoherente por lo cual Chuuya tomo a los niños para poder continuar vistiendolos.

Haruko estaba intentando acomodar el moño de su cabello por su cuenta, aunque Chuuya le había indicado que lo esperara mientras terminaba de acomodar la ropa de Fumiya.

La pequeña cobriza era inquieta e independiente, no podía esperar a que su madre terminara con la ropa del menor y su padre aún estaba llorando porque Fumiya finalmente iría a la escuela.

Estaban empezando un año escolar, como Fumiya ya tenía seis años, debía empezar su educación formal, entrando a primer año de escuela primaria. Además sus enfermedades infantiles ya habían sido tratadas exitosamente.

Por su parte, Haruko ya iba en tercero, por lo cual era una niña grande que no necesitaba de su mamá para atar su cabello.

Se miró al espejo y bufo enojada al notar que su coleta estaba torcida ¿Por qué era tan difícil?

Llevaba puesto un suéter verde menta que hacía resaltar su cabello rojizo cobre, el suéter tenía un estampado de flores que le gustaba mucho, ya que, su tío Atsushi lo había comprado para ella. Llevaba un pequeño short de mezclilla y zapatos deportivos verde menta para hacer juego, esos se los había regalado su papá y le gustaban mucho, aunque ya estaban algo desgastados.

– Haru, te dije que ya iba a terminar. – Rio Chuuya acercándose a su pequeña. – ¿Quieres ayuda con eso?

Señaló el cabello de la niña y solo asintió algo enojada, no era justo que aún no pudiera atarlo sola.

Mientras Chuuya organizaba su cabello, miro a Fumiya quien aún se veía nervioso por su primer día de escuela. No tenía más amigos aparte de Sigma y los hermanos Poe.

Fumiya usaba un suéter con capota color rojo y un pantalón sencillo negro. Su zapatos también eran de color negro y su mochila de dinosaurio azul resaltaba bastante.

– Mamá ¿Papá va a seguir llorando? – Le preguntó a Chuuya y él solo suspiro.

– Sabes lo dramático que es, pero se le pasará pronto. – Le dijo y finalmente el cabello de la niña estaba atado.

Haruko tenía una mochila tradicional, a diferencia de su hermano. Esto principalmente porque Fumiya tenía un peluche especial que llevaba a todos lados y en la escuela no lo tendría, para él sería difícil sin su Diplodocus¹.

Una vez los niños estaban listos para su primer día de escuela, Chuuya fue a buscar a su esposo, quien ya estaba más tranquilo y pedía perdón por haber perdido la compostura.

Desde los embarazos, Ougai Dazai Osamu había demostrado ser demasiada sobreprotector, tanto con su esposo como con los bebés que aún no nacían, tras los partos, a Dazai le costó mucho volver al trabajo, ya que, quería permanecer lo más posible con sus bebés.

Aunque fuese igual de sobreprotector con los dos, que Fumiya naciera con un delicado estado de salud, lo volvió en básicamente una sombre de su hijo. Chuuya tardó meses en convencerlo de dejarlo con sus padres mientras ellos trabajaban. 

Ahora, que su adorado Fumiya entrará a la escuela era un shock gigante para el Alfa, no esperaba que ese momento llegará tan pronto.

– Vamos de una vez Osamu o los niños llegarán tarde. – Le dijo el Omega algo enojado.

Little candys - BSD (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora