Primera cita

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El ambiente en el bar era todo menos tranquilo para Osamu. Sentado junto a su hermano Odasaku, Yosano y Ango, la tensión se palpaba en el aire mientras los tres lo miraban con una mezcla de pesar y decepción.

¿Cuál era el drama, te preguntarás? Pues resulta que su dulce y pequeña hija de ocho años había sido invitada a una cita. ¡Y para colmo, ella había aceptado! ¡Y lo peor de todo es que Chuuya, su propio esposo, le había dado su permiso para ir!

La situación era tan absurda como cómica: la cita en realidad era un almuerzo al que habían sido invitados los padres del niño, pero este había decidido que quería que fuera una cita romántica. Así que ellos estarían simplemente actuando como una especie de vigilantes en una mesa aparte, mientras los dos niños compartían su inocente cita.

– Osamu, creo que estás exagerando. – Le dijo Yosano. – De hecho me parece dulce y tierna toda la situación.

Ango simplemente suspiró mientras le daba un sorbo así whisky.

– Sé que la primera cita de un hijo debe ser difícil. – Le dio la razón. – Pero deberías intentar calmarte un poco.

Osamu vio a sus hermanos mayores y su cuñado, y sollozo dramáticamente. Cuando fueron invitados por Osamu por una copa, debieron adivinar que se trataba de algo así.

Fueron demasiado ilusos.

– Díganme que no estoy aquí por unos de sus berrinches de padre sobreprotector. – Habló Ranpo quien recién llegaba.

– Es exactamente eso Ran. – Le dijo Yosano.

– RANPO-NII. – Dazai se lanzó sobre el Omega, olvidando que le gana por casi veinte centímetros de altura.

– Ugh, quítame este bicho Saku. – Dijo fingiendo asco.

Odasaku jalo a Dazai de su abrigo, obligándolo a sentarse nuevamente.

– ¿Y Edgar? – Le pregunto Yosano una vez se sentó.

– Con los niños, una vez se queden dormidos vendrá.  – Dijo. – Dame algo sin alcohol y preferiblemente dulce.

El hombre de la barra asintió y le preparó una bebida a Ranpo.

– ¿Y mi sobrino? – Le preguntó a Oda.

– Hoy se queda en casa de los abuelos. – Respondió. – Tiene que hacer un informe sobre su familia y decidió que su abuelo Mori iba a ser su entrevistado.

– Uy casa sola.~ – Caturreo Osamu.

– ¿Tu no estabas llorando? – Le dijo Ango.

– Ah, si. – Y nuevamente empezó a lamentarse.

– ¿Por qué está llorando está vez? – Preguntó Ranpo.

– A la pequeña Haruko la invitó un chico de su clase a una cita... – Empezó a relatar Yosano.

– Daniel. – Dijo Osamu con odio.

– Si, ese. Y Chuuya le dió permiso de ir a la cita. – Continúo. – Y está siendo un ridículo porque ellos los van a acompañar.

– ¡Es una bebé! – Gritó Osamu.

– Ya tiene ocho años, ni al caso. – Le dijeron sus hermanos.

– Me voy a burlar de ustedes cuando les pase. – Dijo enojado.

– No tengo hijos, ni al caso. – Respondió Yosano.

– Ese es el trabajo de Edgar, no el mío. – Continúo Ranpo.

– Si Tsu-kun quiere salir con alguien, nosotros confiaremos en él. – Ango y Oda comentaron en unisono.

Little candys - BSD (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora