🟤 Color Café: Estabilidad.

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Así que el mocoso aun usa pañales. Sonrió internamente ante la idea de las hermosas burlas que le esperan para un futuro no tan lejano, demasiado cercano, diría yo.

Nuestra estancia en la clínica fue demasiado corta, Zöe tiene pacientes que atender, no podernos quitarle todo su tiempo.

Caminamos hasta el centro comercial, Eren esta calladito mirando todo a su paso, sonríe y ríe de vez en cuando, cuando ve un anuncio o una persona que le sonríe también, al parecer es un niño demasiado amigable o solo le gusta estar saludando a todos a su paso.

-¿Quieres algo especial para comer? -le pregunto una vez que estamos en el lugar.

-Nuggets de pollo y cátsup. -dice

-Eso no es comida.

-Mira, mira, podemos usar el carrito, yo quiero manejarlo.

Se suelta de mi agarre e ignorándome, corre hasta el lugar donde tienen toda la fila de carritos comerciales, suspiro y voy a ayudarle a sacar uno, es demasiado pequeño y no tiene la fuerza suficiente para sacar uno por su cuenta.

-Wiiii. -se sube encima del carrito y se balancea.

Unas chicas se ríen por eso y murmuran cosas bastante vergonzosas. Aprieto los labios y entro de una buena vez al Supermercado.

Compro vegetales, anoche lo consentí con su sándwich mutante, así que ahora toca la comida de verdad, no quiero mimarlo de más y que después no pueda ser capaz de controlarlo, compro los trozos de carne llamados Nuggets, una pasta para hacer espagueti, un poco más de jamón y queso gouda para derretirlo, un botecito nuevo de cátsup, también papas congeladas, queso amarillo. No soy bueno en la cocina, pero creo que puedo manejarme para hacer una comida infantil.

-¿Podemos comprar helado? Yo quiero helado. -dice señalando el área de fríos.

Tal vez un poco de consentimiento no lo matara.

-¿De qué sabor lo quieres?

-Chocolate. -responde con rapidez.

-¿Chocolate? No crees que es un poco empalagoso para estos calores.

Niega con la cabeza energéticamente.

-Quiero chocolate, me gusta el chocolate. El cocholate es delicioso.

-Espera... acabas de decir... ¿Cocholate? Que eres... ¿Un niño de tres años?

Abre demasiado los ojos y vuelve su vista al frente, señalando los refrigeradores.

-Dije chocolate.

-Aparte, no puedes comer chocolate, eres alérgico a él.

Vuelve a mirarme y hace un puchero.

-Pero yo quiero helado de choclolate. No me hace daño.

-Volviste a decirlo mal. Y no, si quieres helado elige otro sabor.

Hace sonidos de molestia, pero no pienso ceder, no sé qué puede hacerle el dulce, si se hincha como globo o las vías respiratorias se le atascan, puede haber mil efectos por las alergias y no pienso arriesgarme a que sufra de uno solo por cumplirle un simple capricho infantil.

-Solo poquito. En serio quiero helado. -hace una seña de poquito con sus dedos.

-He dicho que no, si quieres helado elige otro sabor.

Frunce el ceño y hunde los hombros en señal de que está enojado.

-Pero me gusta el chocolate.

-Dije que no. Elige otro sabor.

Promesas de CrayónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora