Promesas de Crayón

🩶 Color Plata: Ciclo de vida.

Advertencias: Saltos cortos en el tiempo.

≈10 años después de la adopción. ≈

Agosto.

Las manos de Eren tiemblan sobre el teclado de la laptop, la pantalla está en blanco, en el centro hay un círculo indicando que la pagina está cargándose. Lleva, así como unos quince minutos.

-Necesito agua. -dice sin despegar la mirada del computador.

Salgo de la habitación, voy a la cocina y sirvo dos vasos con agua, en un platón vacío una bolsa de frituras, tal vez con eso se le calmen los nervios.

-Levi. -grita escandalosamente, tomándome desprevenido y provocando que un par de frituras se caigan sobre la mesa.

-Demonios, no grites de ese modo, asustas a cualquiera. -digo fingiendo molestia y entrando de nuevo a la habitación.

Él tiene las manos en los ojos, apretando los labios, tiene las mejillas mojadas y más lagrimas resbalan por ellas, sus hombros tiemblan demasiado, de repente hipa y otras, sorbe la nariz de forma estruendosa.

Relajo los hombros y pongo, los vasos en la mesa, la pantalla se ha bloqueado, intento volver a abrirla, pero Eren me rodea la cintura enterrando la cara en mi vientre, llora como un bebé, mojando la tela de la camisa, creo que está moqueando incluso.

-Tranquilo. -trato de palmear su espalda de forma torpe. -Tranquilo.

-Me... qued... de. -sorbe ruidosamente y me mira con la cara roja y mojada. -Me quede, no puedo creerlo.

Sonrió.

-Idiota, es obvio, fui yo quien te preparo para ese examen después de todo.

Salta de su lugar y enreda sus brazos alrededor de mi cuello, estrangulándome, entierra su cabeza en sus brazos y continúa llorando, como si el ser aceptado en la preparatoria fuera totalmente un sueño inalcanzable.

-Vamos, deja de hacer drama, tampoco es el fin del mundo, ahora solo concéntrate en mantener el lugar, no lo desperdicies.

-Lo sé, estoy demasiado contento. -susurra sin soltarme.

-¿Quieres algo para festejar? No es el puntaje que esperaba, es demasiado mediocre para ti, pero está bien, el día que te titules con honores te comprare un auto, ahora confórmate con un gato o un pez.

Él se ríe, me suelta y con la manga del suéter se limpia los mocos, le doy un manotazo y él sonríe divertido.

-Eres un asco como persona. -murmuro mientras veo la mancha transparente en la tela del suéter. -Lava eso antes de que vomite.

-Y el exagerado soy yo. -dice mientras se quita la prenda. -Y no... creo que no necesito nada, estoy contento con quedarme, creo que ese es el regalo más grande que pudiera recibir.

-Que bien, porque tampoco tengo dinero. -digo sarcásticamente. -Aunque hablo en serio, estoy de oferta, elige lo que desees.

Él parece pensárselo un momento.

Durante varios segundos se queda callado, talla la mancha de fluidos nasales del suéter y luego suspira.

-No vayas a salir con tus pedidos imposibles, como la vez que pediste un castillo de chocolate blanco y decoraciones de caramelo.

-Nunca pedí eso. -refunfuña.

-Cuando ganaste el concurso de matemáticas.

-Tenía como ocho.

-Como sea, piensa en algo, iré a hacer la cena, si quieres un viaje tendrá que esperar hasta las vacaciones de verano, no acepto idas a Disneyland.

Ríe burlonamente y continúa con su labor.