¿te gustó?

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-. Por la acera-. Murmuró Yuta.

Puso una de sus manos en tu cintura para empujarte levemente para el otro lado de él, quedando el ahora por la orilla, del lado que pasaban los carros.

-. ¿Y está muy lejos?-. Preguntaste curiosa, conocías las calles por las que iban ahora pero no tenías ni idea de a qué dirección iban. Solo seguías los pasos del chico.

-. No recordaba lo ansiosa que te ponías en el camino, tomaremos un taxi-.

Volteo a verte por unos segundos con una sonrisa burlona.

-. Solo decía... Si tengo buena resistencia-.

-. Que yo recuerde, no-. Le gustaba molestarte, asomaba una sonrisa más grande en sus labios.

-. ¿Por qué no compras un auto?-.

Llevabas zapatos de vestir, no tenis, claro que te ibas a cansar en algún momento.

-. Porque me da miedo-.

¿Miedo?

-. ¿Eres un hechicero de clase especial y te da miedo manejar?-.

Estabas a punto de comenzar a molestarlo, pero al escuchar su respuesta retiraste la sonrisa que comenzaba a asomarse.

-. Me da miedo atropellar a alguien-. Admitió, dejando de sonreir te miraba con pena.

Oh, recordaste lo que te dijo Megumi, recordaste el porque llevaba ese anillo, recordaste quién se lo había dado, la recordaste a ella, a Rika.

-. No creo que lo llegues a hacer-. Tomaste la mano de Yuta cuando te la ofrecio para cruzar la calle.

Nisiquera Megumi hacía eso, simplemente te jalaba del brazo. Presentias que Yuta tenía complejo de papá protector.

-. No es algo de creer-.

-. Entonces no lo harás, yo lo se-. Apretaste su mano de forma suave.

-. ¿Por qué tan segura ahora?-. Sus ojos que estaban en el camino pasaron a ti por unos segundos.

Al terminar de cruzar la calle, cuando sus miradas se toparon decidiste hablar.

-. Porque confío en ti-.
No tenías mucho de conocerlo, pero sus acciones te había hecho creer eso; aunque claro, aún no le perdonabas que te ubiera dejado plantada en el salón.

Oh puede ser que si, pero querías ir a desayunar.

Yuta solo te vio por unos segundos más y después aparto la vista para seguir caminando ahora con una sonrisa más grande. No te soltó de la mano, te venía jalando un poco.

-. En realidad ya tengo licencia -. Confesó.

-. ¿Y entonces que esperas?-.

-. Vayamos a escogerlo mañana-. Te volteo a ver unos segundos para ver tu reacción y no pudo evitar reír al ver tu reacción, eras demaciado gestuda y de alguna forma le dabas ternura.

-. Puedes escogerlo tu solo-. Habías arrugado la nariz y alzado la ceja.

No ibas a admitir que te había emocionado eso, pero te picaba estar en el dormitorio sin tener nada que hacer. La idea de salir no te disgustaba en absoluto.

-. Quiero que te sientas cómoda cuando te invite a salir-.

-. ¿Quién dice que saldré contigo siempre?-.

Lo atraía la forma en la que contestabas, en la que de alguna forma entre los dos se provocaban y aún así sabían que terminarías cediendo.

-. ¿No lo harás?-. El ahora se mostraba sorprendido, pero sabías que estaba siendo irónico.

꧁༒¿𝘗𝘳𝘦𝘰𝘤𝘶𝘱𝘢𝘤𝘪ó𝘯?༒꧂ Yuta Okkotsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora