Aplazando el Deseo.

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Sus manos recorrían con sumo cuidado tu cuerpo, eran caricias suaves, pero una sensación de excitación recorria dentro de ti.

-. Yuuta...

-. Guarda silencio, bonita, o nos van a escuchar-. Susurro contra tus labios, volviendo a callarte para que tus jadeos no fueran los culpables de ser descubiertos en los vestidores de aquella tienda de lujo.

Te encontrabas encima de el a horcajadas, tus brazos al rededor de su cuello atrayendolo más a ti, mientras sus manos subían de forma tan exquisita la falda del vestido para dirigirlas a tu trasero y apretarlo con fuerza mostrando lo ardiente que estaba en ese momento.

-. El vestido es magnífico, hace que quiera comerte entera..

Yuuta estaba sentado en una banquita del vestidor, el cuartito era pequeño pero encajaban de forma perfecta en el.

Habían ido a comprar ese anhelado vestido que le mostraste hace unos días, pero al medirlo y enseñarle como se te miraba te pidió que fueran a el vestidor, que te ayudaría a quitarlo para poder comprarlo lo más pronto posible.
Pero era una excusa, en cuanto entraron y termino de cerrar la puerta con seguro se abalanzó contra ti besandote desesperadamente.

Tus manos solo estaban acariciando sus cabellos cuando el seguía ocupando las suyas en tu trasero, había dejado de besarte para comenzar a dejar chupetes en tus hombros y la clavícula.

-. Espera, nos van a descubrir.-. A penas podías emitir alguna palabra, las palabras salían de forma torpe y eso hacia que Yuuta quisiera más.

Una de sus manos dejo de estar en tu trasero para dirigirse con travesía hacia tu escote y apretar uno de tus senos con intensidad, sin llegar a lastimarte.

-. Si puedes callar tus jadeos eso no pasará.

Volvió a besarme con fuerza en el momento que escucho como un gemido salió de mis labios. La mano que había estado en mi trasero se había movido hasta mi entrepierna, comenzando a frotar por encima de la tela de los panties que llevaba puestos y yo en reacción al ser la primera vez que sentía algo así no pude contenerme.

Sus dedos amenazaban con mover en cualquier momento aquella telita que impedía tocar mis labios bajos, ya estaba húmedo por lo que indicaba que mi excitación comenzaba a aumentar. Estaba mojada, se sentía bien, la sensación de excitación me comenzaba a gustaba mas de lo que imagine.

-. Disculpe, ¿Se encuentra alguien adentro?

Las manos de Yuuta pararon de tocar en ese instante y yo opte por levantarme apresurada para contestar.

-. Me estoy termino de cambiar, si me llevaré el vestido.

Los dos nos quedamos mirando fijamente la puerta, sin atrevernos a respirar, mientras los pasos se alejaban lentamente. Cuando finalmente el sonido desapareció, suspiré aliviada. Mis ojos buscaron los de Yuuta, y lo encontré ahí, tratando de reprimir una sonrisa que iluminaba su rostro.

Me recorrió con la mirada, de arriba abajo, con esa intensidad que siempre hacía que mi piel se erizara.

—¿Ese vestido? —dijo al fin, su tono tan casual como provocador—. ¿No estará un poco arrugado?

Lo miré incrédula. ¿Arrugado? Claro que estaba arrugado. Y, oh, cómo no iba a estarlo...

—No se dará cuenta... quiero creer —murmuré, más para mí que para él.

Estaba a punto de alzar la falda para quitármelo y buscar algo más que ponerme cuando recordé que no estaba sola. Mi mirada lo buscó, esperando que entendiera el mensaje: necesitaba privacidad.

꧁༒¿𝘗𝘳𝘦𝘰𝘤𝘶𝘱𝘢𝘤𝘪ó𝘯?༒꧂ Yuta Okkotsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora