Tempestad

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Gracias a las que os tomáis un ratito para leer, votar y comentar.

Espero que os esté gustando la historia, porque con esta no me queda tan claro.

Voy a intentar volver a las publicaciones de martes y jueves.

Gracias por leerme!

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Recordó cómo intentó hacer su vida como si "eso" no estuviese ahí, agazapado, esperando cada encuentro con Emma.

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Enero. Año 4.

-¡Estás más morena!- exclamó Zelena mientras se abrazaban en la puerta de Grannys.-¿Qué tal es Agrabah?- preguntó mientras entraban a la cafetería.

Tomaron asiento en una de las mesas más alejadas de la puerta y le pidieron a Ruby un par de copas de vino. Regina no tenía palabras para expresar lo bien que le había sentado su viaje a Agrabah, que lo que había comenzado como una gira oficial había acabado convirtiéndose en casi unas vacaciones.

-Es un lugar maravilloso- dijo Regina suspirando-. Los desiertos, las playas kilométricas...Tan diferente a lo que conocemos.

-Te merecías un respiro de Storybrooke, el Bosque Encantado y...

-Zelena, no sigas por ahí, por favor.- Regina cortó a su hermana.

-De acuerdo y...¿me lo vas a contar?- su hermana se echó hacia delante. Regina era totalmente consciente de que Zelena había querido verla nada más poner un pie en Storybrooke para saber qué había pasado con Yassim.

-Si quieres saber si ha pasado algo la respuesta es sí, ha pasado, muchas veces, muchos días. Muchas veces en muchos días- intentaba no sonreír demasiado al hablar pero era inevitable.

-Entonces, ¿habéis quedado en volver a veros?

-Para el carro, Zel. No vamos a empezar a salir si es lo que estás preguntando. Solo lo hemos pasado bien unos días y ha sido revitalizante. Hacía demasiados años que...

-Desde Robin,¿no?- Regina asintió- Eso es muchísimo tiempo, te dije que deberías echarte un ligue para darte un revolcón de vez en cuando.

-Bueno, pues te he hecho caso. ¿Contenta?

-Sí y brindo por ello- Zelena alzó la copa y Regina la imitó sonriendo sin parar.

Estaba claro que sus sentimientos por Yassim no pasaban de una atracción física y de la necesidad de sentirse deseada; pero se había sentido bien. Había salido de su zona de confort y había sido algo muy beneficioso para ella.

Estos días se había cuestionado si es que nunca se había planteado el tener un vida al lado de alguien por como eso pudiese afectar a su relación con Emma. Y la respuesta era que sí.

Emma era su mejor amiga, la persona que mejor la entendía y conocía en el mundo pero Regina, con esos sentimientos que jamás reconocería ni para ella misma, había acabado orbitando alrededor de ella, dejando de lado su propia vida.

-¿Por qué brindáis? - la voz de la Salvadora hizo que bajase inmediatamente su copa y se levantase para saludarla.

Emma la abrazó sin esperar la respuesta a su pregunta. Regina se permitió durante unos segundos pasar su nariz por el pelo rubio que olía a primavera.

-Porque Regina al fin se ha dado una alegría en el cuerpo.

Emma se apartó de ella mirándola confundida.

-No ent...- comenzó a decir hasta que su gesto pasó de la confusión a la estupefacción en un segundo.-¿Quién?¿Yassim?

Regina apartó la mirada avergonzada. ¿Por qué demonios tenía que sentirse? No era justo.