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Y, un día, estalló todo.

Febrero. Año 5

Desde que todo Storybrooke había comenzado a rumorear acerca de la naturaleza de su relación, Emma y Regina habían decidido tomar distancia, al menos de cara a los demás. Eso tenía como consecuencia que en el día de su cumpleaños, Regina no pudiese comer con Emma, Hope y los Charming como había hecho en años anteriores.

Este tornado de habladurías que la rodeaban, hacía que la reina cada vez tuviese más ganas de escaparse de aquel pueblo hervidero de dimes y diretes.

Así que ahora estaba sentada en Granny's esperando a Zelena que la había llamado a primera hora de la mañana para felicitarla y proponerle el plan.

—Feliz cumpleaños, hermanita — la pelirroja dejó un beso en su mejilla antes de tomar asiento justo enfrente de ella —. No voy a preguntar cuántos cumples porque estoy bastante segura de que ni lo recuerdas.

Regina rió ante el comentario, llevaba razón, hacía unos lustros que había perdido la cuenta real.

—Henry viene el viernes de visita, que no se te olvide que el sábado cenamos todos juntos — dijo la reina..

—¿Quiénes somos todos? — preguntó Zelena con cara de inocencia pero con una clara segunda intención.

—Henry, Robin, tú y yo. ¿Esperabas a alguien más? — Con el tono de voz empleado Regina intentó disuadir a su hermana mayor de continuar por el camino que parecía llevar la conversación.

—¿No invitas a la familia Charming?

—Zel...

—¿Qué? ¿Crees que no es raro que ahora que la gente habla apenas te acerques a Emma?

De pronto Ruby apareció a su lado con una sonrisa y dejó los menús de comida para después alejarse lentamente. Estaba claro que intentaba enterarse de la conversación.

—Eso a ti te tiene que dar igual — dijo Regina pasando los ojos por la carta de comida, aunque era absurdo porque tenía claro que tomaría ensalada de atún.

—Me preocupo, no me gusta la clase de cosas que están diciendo.

—Ni a mí, ¿o acaso crees que me hace ilusión que cada vez que entro a cualquier lado la gente se calle? — respondió con resignación.

Alzó la mano para llamar a Ruby. Una vez que esta les tomó la comanda, Zelena volvió al tema.

—¿Y qué vais a hacer?

—Nada, esperar a que pase. Y si me preguntas si pienso dejar a Emma por lo que opine un pueblo lleno de cotillas la respuesta es no.

—Pero que está casada, que tiene marido y una hija— Zelena se inclinó hacia delante bajando el tono de voz.

—No me digas — respondió Regina con todo el sarcasmo que fue capaz. — Ahora, por favor, podemos cambiar de tema porque si lo que pretendes es hablar de los rumores sobre la reina y la salvadora puedes ir a sentarse en la barra con los enanitos, que estarán deseosos de intercambiar información contigo.

—Es que Regina, no son rumores infundados. Y Hook va a volver y ...

—Ya. ¿Vale?

Zelena entendió su mirada asesina y cambió rápidamente de tema hacia sus hijos. Pero aunque Regina no quería hablar del tema, entendía perfectamente que estuviese preocupada por ella porque cómo no estarlo con la que tenía encima.

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