¿Dos mejor que uno?

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Si a Crowley le hubieran dicho antes que el hechizo funcionaría también con un ángel, tal vez lo habría puesto en práctica mucho antes. Versado como estaba en brujería y ciencias oscuras, el demonio pelirrojo había coqueteado más de una vez con la magia negra e incluso había utilizado su poder para realizar trabajos para el infierno, como hizo en una ocasión memorable con la autopista que circunvalaba Londres. Sin embargo, nunca había probado a realizar hechizos de homúnculos ni golems porque le parecía cruel crear una vida esclava solo para uso y disfrute del brujo. Sin embargo, el aburrimiento y el tiempo que llevaba sin ver al ángel (pues llevaba casi seis meses sin contactar con él) le había llevado a probar un conjuro de creación de entidades temporales. En realidad, lo que había creado era un reflejo que desaparecería con la salida del sol, pero no dejaba de asombrarle que hubiera funcionado con un ente sobrenatural como anfitrión. Ambos Azirafeles temporales (pues como broma se había propuesto crear no uno, sino dos) le miraban desde la otra punta del salón con severidad, y Crowley no sabía si sentirse fascinado o asustado.

- Ehm... ángel...es? Este... bienvenidos... podéis acomodaros como si estuvierais en vuestra casa...- por la cabeza del demonio empezaron a pasar decenas de pensamientos, la mayoría que podrían servir de argumento para una película para mayores de 18, pero aunque se tratara de copias que desaparecerían en unas horas y de las que Azirafel nunca tendría conocimiento, no haría nada que ellos no quisieran hacer- quereis beber algo? Ambos ángeles se sentaron en el sofá, cada uno en un extremo, y el demonio, sintiéndose enormemente afortunado, se sentó en el medio. Su felicidad duró lo que el agua en un cesto. Porque ambos ángeles, que al igual que su anfitrión estaban dotados de una rígida moral celestial, empezaron a echarle una monumental bronca en estéreo que duró hasta los primeros rayos del sol sobre las nefastas consecuencias de utilizar la magia negra.

Las cosas de Mr Fell y el señor CrowleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora