Nunca estoy solo

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- Maldito seas...- el demonio retrocedió al recibir el impacto del veneno directamente sobre los ojos.

Cegado, buscó a tientas algo para poder repeler el ataque del otro demonio serpiente, Furfur, quien, caído en desgracia por culpa del desastroso intento de acusación contra Crowley frente al Consejo Oscuro, sonreía con maldad viendo a su enemigo a su merced.

- Deberías haber recordado que las cobras también pueden escupir veneno, víbora traidora. Que pena que ese aliado tuyo, ese Azirafalafel, hoy no esté aquí para..

De repente, la mano de Crowley se agarró a una manga y una mano suave le cubrió los ojos dañados. El dulce olor del perfume de Azirafel le envolvió confortándole, aunque sin embargo pudo percibir una oleada de calor de ira celestial más potente que mil hogueras.

Mientras sentía como recuperaba la vista, le sobresaltó el poder y la furia de la voz del ángel al preguntar:

- ¿Que le has hecho a mi querido demonio?

Las cosas de Mr Fell y el señor CrowleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora