El imponente vestíbulo de las termas, decorado con estatuas de ninfas y efebos, estaba bastante lleno de gente. En aquel momento del día los visitantes pertenecían a las clases más altas de la sociedad, aunque también era considerable el número de sirvientes y esclavos correspondientes, tanto de esos visitantes como del propio edificio. Pese a todo, el ruido se mantenía en unos niveles bastante aceptables, pues a intervalos regulares, un par de sirvientes destinados a ese propósito demandaban silencio. Aziraphale ya había visitado otros establecimientos semejantes, aunque entraba en aquellas por primera vez, y se mostró entusiasmado con la arquitectura diáfana y la decoración del lugar.
- ¡Oh! Que maravillosas proporciones... el friso es de mármol travertino y fíjate en esos capiteles... - sonrió encantado y, bajando la voz, le dijo a Crowley con aire de confidencia- y he escuchado que tienen absolutamente de todo, e incluso salas suplementarias aún sin uso. Lo cual las hace ideales...
El demonio tampoco había entrado nunca en aquellas termas, que habían sido inauguradas la semana anterior; sin embargo, no le impresionaron. También había estado en establecimientos similares, pero no por propia voluntad ni disfrute. Estaba probando discretamente el aire, captando el aroma de los aceites y el agua cuando escuchó al ángel.
- Ideales? Acaso quieres montar un negocio de masajes... o te estás planteando hacer carrera depilando axilas?
- Oh, qué tontería. Tengo en mente algo mucho más... educativo, si. Desde luego, mucho más que eliminar vellos corporales. Veamos... ¿dónde está el apoditerio? – el ángel miró a su alrededor hasta que localizó el cartel que señalaba el acceso a los vestuarios- ¡Eureka! Vamos, querido...
- Ah... pero de verdad vamos a bañarnos? –susurró el demonio, al que estaba mirando mal uno de los esclavos que demandaba silencio- Creía que sólo habíamos venido a hablar.
- Pues...- Aziraphale miró a su amigo, con cierta sorpresa- había pensado que dada tu... eh... naturaleza alternativa, disfrutarías del calor y de la sensación de sumergirte en el agua...No obstante, si no te apetece, podemos...
- Oh! No, no, está bien. Es muy considerado por tu parte pensar en lo que le puede gustar a mi parte de serpiente...
- De perlas entonces – repuso Aziraphale, mientras recorrían el pasillo que desembocaba en una sala redonda con banco corrido-
Las paredes de la sala estaban llenas de nichos cuadrados, que se cerraban mediante una puerta de madera, y el limpio suelo mostraba un bello mosaico que representaba a Neptuno en su carro, rodeado de su séquito. Crowley se fijó en las teselas azules y turquesas y silbó discretamente.
- Lapislázuli y malaquita... wao, se han dejado aquí denarios para aburrir...
- Pues si... yo he visto la partida de decoración de este lugar y era casi escandalosa... - el ángel abrió resueltamente una de las puertas más grandes, encontrando unas suaves toallas en su interior. Hizo ademán de quitarse el manto y luego se paró. Carraspeó ligeramente- Querido...- le tendió una toalla, mientras apretaba la otra contra su cuerpo- ¿te...te importaría volverte de espaldas un momento, por favor?
Crowley le miró sorprendido.
- Sabes que de esta puerta en adelante, todo es una plantación de calabacines, verdad? Quiero decir, puedes ponerte la toalla ahora, pero en el agua todo el mundo está con el nabo al natural.
- Crowley, por favor, te agradecería que no usaras esos términos tan...- en aquella ensalada de verduras, el ángel hacía el papel de tomate- tan tabernarios...
- Bueno, pero el no mentarlos no va a hacer que desaparezcan por arte de magia – el demonio se encogió de hombros y se dio media vuelta. Le había sorprendido gratamente que el ángel estuviese tan desinhibido, pero la realidad es que no había caído en la cuenta de que iban a estar ambos desnudos en el mismo lugar- "Tengo curiosidad por ver en que parará esto...que si su esclavo, que si estar juntos en bolas...Puede acabar muy bien... o ser un desastre"
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Las cosas de Mr Fell y el señor Crowley
FanficEn esta colección de relatos cortos y de pocos capítulos, echaremos un vistazo a la vida cotidiana de nuestro ángel y nuestro demonio y también a lo que les sucedió en otras épocas... y es que algunas cosas sólo pueden pasarles a ellos...