chapter four²

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Tom's pov.

Desperté antes que ella y la ví, dormida y desnuda, era morena y bella como ninguna, parecía un ángel recostada en mi pecho, escuchando sus pequeños ronquidos. La moví para levantarme de la cama y ella ni se inmutó. Me paré desnudo frente a la ventana, pensativo, hoy tenía las carreras en motocicleta.

Tomé algo de ropa y me dirigí a la sala donde estaban los demás que hablaban y fumaban habanos

- ¡Tom! Hoy tenemos la carrera y tú no has dado ni una puta vuelta en tu moto.- Bill estaba molesto, pero yo reí sin que me afecte y el se extrañó. Normalmente le gritaría o le apuntaría con mi arma a la cabeza

- No necesito practicar nada hermanito, yo soy el mejor en todo.- Matteo hizo una mueca con la boca y se llevó el habano a la boca.

- Halt endlich die Klappe, Matteo.- Georg nunca aprendió italiano, por lo que cuando se molestaba le gritaba en alemán a Matteo. Algunas veces podría llegar a ser un perro guardian conmigo. Matteo bajó la mirada de la de Georg y no emitió sonido. Si fuera por mí ya lo hubiera asesinado, pero como es necesario en las competencias sigue vivo.

(Cállate la puta boca, Matteo)

El cumplía un rol importante como negociador entre nuestros enemigos en las carreras. Si intentaban matarme en alguna de ellas, algo falló en la negociación.

- Georg, no es necesario, déjalo.- Georg estaba a punto de romperle el rostro a Matteo pero lo impedí, estaba de buen humor como nunca antes y nada me lo arruinaría. Me acerqué a Matteo lentamente y lo tomé por los hombros fuertemente.

- Tom, yo... Yo no quise ofenderte...- me encantaba ponerlo nervioso, su acento italiano era mejor cuando estaba en peligro.

- ¿Tienes algo que decirme, Matteo?- susurré en su oreja.

- No... No señor Kaulitz...- reí en mi interior.

- Perfecto.- le di una palmada en el hombro y me dirigí al garage, detrás mío iban mis perros guardianes.

- Miren que belleza..., roja y negra, ruedas anchas, todo lo que necesito para ganar la carrera de mañana.- dije riendo, acariciando el asiento de mi moto. Pero a los tres hombres que tenían frente no les cerraba algo.

- ¿Cómo estás tan seguro de que vas a ganar?- preguntó bill y yo rodeé los ojos. Era obvio que iba a ganar, a todas las carreras que había ido había ganado por buenas o por malas, ¿Por qué no lo haría ahora?

- ¿Por qué preguntas hermano? ¿No me ves capaz?- por su cara pude descifrar que mi ironía le molestaba.

- Bill, ¿Por qué estás tan inseguro? Es obvio que yo ganaré... Si me prestan una moto claro.- sentí una voz femenina detrás de nosotros, Georg apretó el ceño hasta que la vió, toda bella y reluciente recién levantada, pero, ¿Que carajo?

- ¿Cariño? ¿De que hablas?- intenté acercarme y ella se hizo hacia atrás.

- Lo que haya pasado ayer no te da derecho a llamarme cariño, todavía estoy molesta.- señaló con su dedo mi pecho.

- Cloe, buen día, ¿De que hablas?- Georg la saludó amablemente y yo aguanté mis ganas de golpearlo.

- Como escucharon, quiero participar en la carrera, será divertido.- ¡No!, No y no, jamás, no pasará, ¿Qué pasaría si descubren que ella es Cloe Price? La querrían asesinar para doblegarme.

- ¿Qué carajo te pasa Cloe? ¿Sabes lo que pasaría si descubren que eres tú? Todos mis enemigos estarán allí.- hablé casi gritando

- No pasará nada ya que tendré protección y no sabrán quien soy, además estoy en otro país donde no se ni hablar el idioma natal.- habló obviando su respuesta. Tal vez tenía razón pero no dejaría que conduzca una motocicleta a trescientos kilómetros por hora.

- Tom, déjala, será divertido.- Gustav no estaba pensando, ¿Y se hacía daño?

- Vamos Tom, estamos llegando tarde.-Georg me apuraba y yo rodeé los ojos.

- Ponte guantes y casco... Trata de no llamar la atención.- decreté y ella gritó de alegría. Tomó una moto de la colección y fuimos rumbo a la competencia en estacionamiento abandonado en la avenida Lisboa, no muy concurrida por cierto.

Al llegar me encontré con Angelo, el contrabandista de personas y barcos más buscado de Italia y también, el organizador de las carreras.

- Angelo, è un piacere vederti..- me acerqué a él con total ironía.

(Angelo, es un placer verte.)

- Spero che tu vinca questa gara Tom, altrimenti avrei speso trentamila euro per te.- escupió el humo de su habano en mi rostro.

(Espero que ganes esta carrera, Tom, de lo contrario habría gastado treinta mil euros en ti.)

- Tienilo al sicuro.- hablé con una sonrisa pícara. Pero algo no me terminaba de cerrar, algo me estaba ocultando por su poco miedo hacia mí, el siempre mantenía un perfil bajo cuando yo estaba frente suyo, pero hoy estaba demasiado seguro.

(Manténlo seguro)

- La gara inizierà tra dieci minuti, si prega i partecipanti di recarsi ai punti di partenza.- anuncio una de las prostitutas de Angelo con su tono mas seductor que daba asco.

(La carrera comenzará en diez minutos, por favor los participantes se dirigen a los puntos de salida.)

Gustav y Georg estaban a mi derecha y Bill estaba a mi izquierda como siempre, noté como la gente miraba con extrañeza a la quinta persona que tenía a mi izquierda, tapada con casco, guantes y una chaqueta de cuero que aceleraba y aceleraba para favorecer su aliento, de pronto dejé de ser yo el centro a serlo ella.

- Tre... Due... Uno...- un segundo después dispararon con el revolver para indicar que había comenzado.

(Tres... dos... uno...)

Manejé lo más rápido que me dió el velocímetro pasando curvas, las columnas del estacionamiento y sobre todo a los demás participantes. Con una sonrisa pícara observé por el espejo retrovisor que los tenía realmente lejos, como estaba acostumbrado hasta que escuché el motor de una motocicleta acelerarse pasar a mi lado a más de trescientos veinte kilómetros por hora y llegar a la meta. Era ella otra vez.

Cómo celebración se quitó el casco y todos la aplaudieron, metiéndose entre la gente hasta que no la ví más, ni a ella ni a Angelo...

𝙋𝙤𝙠𝙚𝙧 𝙁𝙖𝙘𝙚 ; 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora