chapter nine²

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Cloe's pov.

- ¿Cómo te sientes?- dije acomodando su cabello.

- Para haber tenido una bala incrustada en mis costillas, bastante bien.- dijo irónico y reímos. Hoy le darían el alta del hospital a Georg.

El mejoró rápidamente desde que quedó internado, Tom lo visitaba todos los días sin falta gracias a qué la bala no toco ningún órgano vital. Teníamos todo planeado para ir a New York en cuanto Georg mejorara ya que aquí en Italia nos buscaban hasta por debajo de las piedras, estabamos en venta por los mayores sicarios de Italia.

- Hoy iré a ver mi vestido de bodas, ¿No es romántico?-

Tom y yo hablábamos de la boda todos los días, no habrían invitados, solo nosotros Pero con eso sería suficiente.

- Demasiado para mí gusto.- rió otra vez y en eso golpearon la puerta.

- ¿Puedo pasar?- dijo Bill del otro lado de la puerta y nosotros asentimos al unísono. — Cloe, Tom te espera para ir a ver el vestido, yo me quedo con Georg y Gustav está tramitando los papeles para llevarnos a Georg a casa.- sonreí y me acerqué a Georg.

- La próxima vez que te hagas el valiente, te patearé las bolas.- el rió a carcajadas y yo me fui por la puerta encontrándome con Tom.

- ¿Lista para ir a ver tu vestido a la mejor casa del país?- la emoción recorría mi cuerpo junto a la ansiedad.

Cuando llegamos al lugar me propuse a encontrar mi vestido, lo quería esponjoso y con una cola larga, como si fuera colonial.

- Eh dicho que el vestido será blanco.- dije con tono caprichoso a la vendedora cuando me trajo el vestido equivocado. Unas de las pocas veces que salíamos de la casa era para ver mi vestido, el cual compraría para casarme en New York.

- ¿No crees que estás siendo un poco caprichosa?- me tomó por la espalda y besó mi cuello.

- Es mi vestido de bodas, obvio que seré exigente.- el rió, los últimos meses su barba había crecido un tanto mas.

- Eso me gusta de ti.- me besó una vez más y sentimos la puerta de la tienda abrirse.

- Ya tortolitos, llegué yo.- dijo la voz proveniente de Georg detrás nuestro.

- No lo pudimos parar.- dijo Gustav agitado de correr junto a Bill.

- ¿Georg? ¿Que haces aquí? Deberías estar en el hospital esperando el alta.-

- Me liberarían de igual forma.- dijo orgulloso.

- Señorita, ¿Este es su vertido?- dijo la vendedora con el vestido en manos.

El vestido era esponjoso con la cintura pequeña, blanco y limpio con una cola larga y perfecta hasta los pies. Me quedé perpleja viendo mi futuro vestido.

- ¡Si! ¡Es este el que quiero!- la vendedora lo llevó a la caja y Tom lo pagó.

- Kaulitz, ¿Creíste que no vendría a buscarte?- la voz que más temía a reconocer estaba de vuelta... Stefano.

- ¿Que haces aquí?- dijo Tom apuntándolo con su arma.

- Vine para pedirte algo.- Bill y Gustav lo apuntaban de atrás mientras Georg y Tom de adelante, Georg lo iba a inmovilizar, pero Tom lo paró con una seña.

- ¿Ahora que quieres?- dijo Tom en tono amenazante

- Te invito a un juego de poker, si aceptas y ganas estamos en paz, si no, te mataré de igual forma.- no... Otra vez no...

- No aceptaré.-

- Si eso prefieres... Te buscaré y te encontraré.- Tom pareció pensárselo.

- Está bien... pero, ¿Qué me da la seguridad de que no me tricionarás?- Stefano rió.

- Yo no traiciono, yo mato.- Tom dejó de apuntar y se acercó a Stefano.

- Acepto el duelo.- Stefano le dió la mano y el la aceptó.

- Esta misma noche, en el hotel Venezia.- dijo por último y se fué por donde vino.

- Tom, ¿Seguro que lo harás?- cuestionó Gustav.

- Quiero acabar con este hijo de perra.-

Le dejé el pago a la vendedora que se encontraba escondida y llorando debajo del mostrador y me llevé el vestido al salir de la tienda. Nos montamos cada uno en su moto, yo detrás de Tom y fuimos a la casa. Al llegar me senté en el sofá junto a Tom.

- Tienes que ganar, no seré viuda.- dije irónica y melancólica.

- Parece que te olvidas de quién soy, cariño, soy Tom Kaulitz, dueño de New York y maestro en el poker.- reí por su expresión egocéntrica.

- Cierto, y mi secuestrador.- dije irónica.

- Que personal.- carcajeamos juntos y le robe un beso.

- No quiero perderte, por favor, ganale a ese idiota.-

- Prometo hacerte la mujer más feliz del mundo luego de matarlo.-

- Deseo tanto que el este muerto.-

- Y lo estará.- reí y la bese en la mejilla. Era mi tesoro, la mujer que más quería en la vida, obviamente la trataría como tal.

- Tom, ¿Tienes que trabajar hoy?

- Tengo que ajustar un par de cuentas, nada más.-

- Está bien, ve.-

Cloe.

Tom se fue y yo me quedé sola en la casa, bajé a la sala y me quedé con Gustav y Georg que miraban el televisor.

- ¿Quieren jugar a un juego de mesa?-

- Cloe...- Gustav estaba de mal humor y se negó.

- Vamos será divertido.-

- está bien.-

Estuvimos una hora jugando al ajedrez hasta que llegó Tom, con gotas de sangre visibles en su rostro. Nadie preguntó nada, solo nos quedamos en silencio y dejamos de jugar.

Era más que obvio que su 'ajuste de cuentas' no tenía que ver con tratar bien a alguien.

   Vamphery

Capítulo corto por hoy, prometo que el capítulo que viene será más largo!!

𝙋𝙤𝙠𝙚𝙧 𝙁𝙖𝙘𝙚 ; 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora