chapter fourteen

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Tom's pov.

Tan solo faltaban unas horas para el robo, por lo que me dediqué a decirle a todos mis agentes que estén alertas, mientras tanto yo tomé uno de los mejores trajes que tenía para combinar con mis holgados pantalones de mezclilla.

Cargué mi arma y la coloqué mi cintura, tomé un chaleco antibalas y varios cartuchos de bala, en esta noche correría mucha sangre.

- Estamos listos Tom, danos la señal e iremos directo a la ruta.- habló el castaño.

- Vámonos.- tomé una navaja y la coloqué en el cinturón junto a las demás pistolas escondidas en mi cintura.

Bajé las escaleras fuera de mi habitación y me encontré con los chicos, igual de armados cómo yo,  armados hasta los dientes y protegidos con chalecos antibalas.

Fuimos al estacionamiento y Bill habló desde su ventanilla a la mía

- ¿Estás seguro de esto?- Bill habló desde su ventana antes de arrancar.

- No hay nada de lo que no me sienta seguro.- y pisé el acelerador hasta el fondo, lleno de odio, ¿Cómo pude dejar que esto pasara?

Una vez que llegamos a la ruta estacionamos cortando la carretera, con el motor a la vista fingiendo un accidente automovilístico.

- Ya estamos aquí, ¿que estamos esperando?- mi Georg comenzaba a frustrarse por la espera al igual que yo.

- A qué pase la maldita furgoneta con el dinero.- hablé fuerte cuando vimos unas luces en el camino aproximándose a nosotros.

- ¡Pare! ¡pare! ¡Sufrimos un accidente!- levanté las manos para que me vea y efectivamente la furgoneta paró a unos cuantos metros.

- ¿Que ha pasado aquí? ¿están bien?- el conductor salió de la camioneta, y ahí fue cuando yo saqué mi arma y lo apunté, este levantó las manos detrás de su cuello en señal de que estaba indefenso.

- Sh sh sh, quieto.- silencié al acompañante que intentaba escapar de las fuertes manos de Bill.— Gustav, abre la furgoneta.-  el rubio se dirigió a las puertas de aquel auto y forcejeó intentando abrirlas.

- ¡Están cerradas con llave!- grito desde la parte posterior. Tomé por el cuello al hombre que estaba de rodillas frente a mí y lo dirigí a las puertas.

- Abre.- ordené y este hizo caso omiso.

- N-No puedo hacer eso, señor.- reí irónico y lo apunté directo a su sien, amenazándolo con disparar.

- Te ordené algo, abre.- el hombre tragó fuerte y me ofreció la llave que escondía en sus bolsillos. La tomé y abre la furgoneta encontrándome con pilas de dinero, tal vez unos siete millones de dólares, sonreí y disparé la cabeza del conductor y luego del acompañante, vivos podrían generar muchos problemas.

- Sabes, esa niña me está empezando a caer mejor.- espetó Gustav viendo el dinero frente a él. Reí por su comentario.

- Georg, Bill, metan todo esto en los autos.- ordené y estos empezaron a ordenar el dinero en los baúles de las carrocerias. Una vez tomado el dinero subí a mi auto de regreso a la estadía, no me importaban los cuerpos que quedaron en la ruta, mañana seguro saldrá en las noticias.

Llegamos a la estadía y quitamos el dinero de los baúles para llevarlos a mi oficina.

- Bien, ¿Ahora que hacemos?- Bill habló cansado.

- Esperar a qué las noticias actúen.- Antony verá furgoneta asaltada y los cuerpos de sus agentes por las noticias y no dudará en llamar.

Los chicos se fueron a dormir, quedándonos solos con mi hermano el cual tomó asiento a un lado mío.

𝙋𝙤𝙠𝙚𝙧 𝙁𝙖𝙘𝙚 ; 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora