I want her [Fanfic Brittana/Faberry]

¿Trabajo de verano? [1 x 10]

Capitulo diez:

Caminando rumbo a la oficina del dueño del lugar mi arrepentimiento por no hacerle caso a Puck mágicamente apareció.

— Esto es tu culpa — Le dije a Brittany, molesta.

— ¿Mía? — Se tocó el pecho. — Es tuya por tirarme ese vaso encima.

— No, es tuya por rechazarme y dejarme en el suelo — Repute.

Santana, acabas de sonar como una novia molesta, casi como Rachel. Iug.

— Pensé que eso era lo que querías, ya que tu chico estaba ahí

Ouch. Ese había sido un golpe bajo.

— ¡Ya basta! — Gritó el dueño.

Él era una persona alta y con complexión delgada, tenía poco cabello y usaba lentes pero eso no lo hacía ver menos intimidante, en especial si estaba gritándonos.

— Lo sentimos mucho, ¿señor. . . ?

— Frank Waldorf. . . — Contestó de forma seca. — Acaban de hacer que mi empleado de limpieza trabajara doble el día de hoy.

— No quería que esto pasara — Explique. — Me deje llevar por... Ni si quiera sé porque sentimiento; de verdad lo siento.

— Puede dejarse llevar por lo que usted quiera, en su casa. — Ataco.

Que pesado.

— ¿Podemos limpiar el desastre e irnos? — preguntó Britt.

— Aunque lo único que quiero es no volverlas a ver nunca, me temo que no es posible, ustedes acaban de dañar una de las máquinas más antiguas y valiosas que hay en mi establecimiento — Dijo, con las manos en los bolsillos. — Entren, les explicare en mi oficina.

Hicimos lo que él pidió y entramos, Frank cerró la puerta detrás de nosotras y se sentó en su escritorio.

— Acaban de arruinar algo muy preciado para mí, y lamentablemente, no se puede arreglar...

— Pero no rompimos nada, señor Waldorf — Se excusó Brittany.

— No, ustedes tiraron cerveza en la rocola. Y seguramente quemaron sus circuitos.

Frank parecía muy molesto, y aunque trataba de ocultarlo y mantenerse en calma, se veía que le estaba costando trabajo, solo espero no que no explote frente a nosotras.

— ¿Todo esto por un estúpido radio gigante? — Bufe.

Vaya tontería.

El señor Waldorf camino hacia a mí, su mandíbula estaba haciendo presión y sus nudillos se veían blancos. Creo que lo hice enojar.

— Ese "estúpido radio" — Hizo comillas. — Me lo regalo mi padre cuando abrí este negocio hace 20 años, no sabes lo que significa para mí, niña tonta. Así que cierra la boca y escucha.

— ¡Hey, no le hable así! Ella no lo sabía — Me defendió la rubia de ojos azules.

— No, Britt... Él tiene razón — La mire detenidamente. — No debí hacer ese comentario, lo siento mucho, señor.

Frank no me miro, pero camino de vuelta a su escritorio, tomo dos hojas y dos bolígrafos y volvió, dándonos una hoja a cada una.

— ¿Qué es esto? — Preguntó Britt.

¿Una solicitud de empleo? ¿Un contrato de dos meses? ¿Qué carajos...?

— Bienvenidas a Boliche AMF — Sonrío satisfecho.