𝔼𝕝 𝔻𝕠𝕟𝕒𝕟𝕥𝕖 𝕄𝕒𝕝𝕕𝕚𝕥𝕠 ||RUSVENE||USAVENE|| BL ||

Una Visita Inesperada

Christopher se acercó a la cocina mientras se cruzaba de brazos. Sus ojos, por supuesto, estaban fijos en el venezolano.

—Yo... Entiendo que ahora debas odiarme por lo que hice. Y realmente no es tu obligación tenerme aquí, pero... —murmurando otra vez las palabras, vio cómo el venezolano se quedaba paralizado—. ¿Eso es lo que te gustaría, no? Sentir que Kristoph está contigo otra vez.

Antes de que el venezolano respondiera, el americano tan solo se dio la vuelta y salió de la cocina.

"Deja de ser tan bocón, idiota. Así solo harás que te eche de aquí.".

Tan solo iría a un cyber, trabajaría hasta la noche y después volvería, si...

█[♣♣]█

Eran las 7:30pm y su cabeza estaba hundida en el monitor, terminando de hacer las últimas revisiones a un archivo de propuesta de ventas que su jefe le había enviado. No había revisado el celular en todo el día; la verdad, aún se sentía ansioso al pensar que Rémi podría estar maldiciéndolo por mensajes. Fue en ese momento que escuchó un par de botas pesadas acercándose a él con lentitud. Christopher envió el archivo y ni siquiera había levantado la mano del mouse cuando giró con lentitud a ver quién estaba a su lado, con los nervios a mil.

Ottof.

"¿Somos los únicos aquí...?" Pensó para sí mismo.

—Oh vaya, pero qué coincidencia encontrarte aquí...—dice vacilante el oficial mientras toma asiento a un lado suyo, mirando lo que hacía en la pantalla... Nada más ojeando, realmente no le interesaba tanto como para ponerle tanta atención—Escuché por parte de Valentin que pareces muy interesado en quedarte al lado de ese chico, ¿O me equivoco? —respondió sonriente mientras lo observaba; aunque soltó una risa ante su respuesta, éste solo alzó los hombros como si tratara de quitarle importancia—No he dicho que te interese sexualmente; solo que eres muy apegado a él es todo—sacando un cigarro dispuesto a fumar, le ofreció uno a ver si quería—Te ves muy estresado. ¿Ese chico sigue teniendo sus ataques? ¿Puedes manejarlos?—explicó luego de tomar el encendedor para inhalar el humo de éste para luego expulsarlo por sus labios.

—No gracias, no fumo. Aun no olvido que soy sujeto de investigación y que pueden torcer esta plática para otros fines. Aunque no tengo nada para esconder y de eso estoy seguro.

—¿Por qué tan a la defensiva? Aunque ahora que lo dices es curioso... Desaparece Kristoph y a los meses estás tú con sus ojos viviendo con su marido lunático... Una historia que deja mucho que pensar... Se ve sospechoso para cualquier detective que trate de indagar de más.

—¿A eso vienes, a amenazarme?

—Para nada es una amenaza—alzó las manos, negando totalmente eso—Yo que usted solo lo tomaría más como una observación... Dime una cosa... ¿Él aún puede verlos? —con el cigarro en sus dedos, esperaba alguna respuesta, sin éxito. Ottof volteó a verle con una sonrisa casi burlona, pareciendo satisfecho—Bien, tomaré eso como un si... Solo quiero advertirte que es muy peligroso para ti quedarte cerca de ese chico, está muy mal de la cabeza y si no te cuidas podrías terminar involucrado en muchos de sus problemas...

Cristopher se tensó; Ottof podía ver algo curioso en sus ojos: Era la misma maldita mirada de Kristoph sobre él. Respiró hondo para luego mirarle a la cara fijamente.

—¿Sabes qué hizo? Sabes que pasó por algo malo, sí claro... Pero ¿sabes por qué teme? ¿Sabes por qué tiembla? ¿Sabes por qué grita durante las noches? ... ¿Sabes qué ocurrió con él? —preguntó observando fijamente al americano sin apartar la mirada, pero el volver a ver los ojos del ruso le daba asco.