Esta noche es para amar

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Solo segundos después de que Rémi se encerró en su cuarto, Iván se dejó caer en el sillón, completamente ido. Christopher hubiera querido reclamarle por el golpe y preguntarle qué mierda pasaba por su mente cuando decidió pegarle a alguien tan ansioso como Rémi. Pero no dijo nada, generar otra pelea le valdría del regaño de Rémi. Vio cómo el padre del difunto se frotaba la cara con fuerza, cayendo en cuenta de lo que había hecho.

—Kristoph no era un mal muchacho... Sólo... Era demasiado servicial, muy poco comprendido.

—Tenía una manera diferente de ver las cosas, ¿cierto?

Ante sus palabras, Iván se quedó estático. Con los ojos abiertos a más no poder, su cabeza viró lentamente hasta posarse en el rostro de Christopher.

—Es lo mismo que decía su madre. La desquiciada está en Rusia y no piensa regresar ni siquiera para el funeral de su hijo.

"¿Madre?"

En ese momento, la puerta del cuarto de Rémi volvió a abrirse y ambos hombres dieron un salto. Rémi los observaba confundido; paseaba la mirada de un hombre al otro. Probablemente había escuchado lo último; lo más seguro era que estaba sorprendido de que no estuvieran peleando.

—Debo irme... Pero esta conversación no ha terminado —habló serio el hombre mayor, tomando todas las cosas de su hijo y deteniéndose al lado de Rémi. —Lo siento. A veces puedo ser alguien horrible—le susurró al joven para luego salir del apartamento.

—Adiós, señor Iván. —dice despidiéndose amablemente, tratando de embocar una sonrisa, aunque aún le dolía bastante la mejilla.

Este suspiró para encontrarse con la mirada del americano, quien claramente le preguntó por qué no le había dicho que habían encontrado el cuerpo. El latino volteó a verle fijamente para hablar de manera fría y seria.

—Porque él es el padre de mi marido y usted no es nada ni para mi marido ni para mí... Esa información me la dieron a mí hace poco. Y también, no quiero ir a reconocer el cuerpo, se tiene la sospecha... No es completamente seguro, tienen que hacer unos exámenes y así...

Se rascó la mejilla, volteando hacia la ventana, pensando en algo, mientras que para Christopher, parecía que la enorme y delgada criatura estaba metiendo sus manos dentro de la cabeza del latino, sin parar de sonreír. El espíritu pequeño y azul solo seguía llorando, incluso haciendo que el apartamento se inundara un poco desde el punto de vista de Christopher, que podía sentir incluso el agua en sus tobillos.

Al subir la mirada y encontrarse con el latino, se encontró con una escena horrenda...

El latino rodeado de espíritus de la muerte, rondando alrededor suyo, el chico tenía las manos del enorme espectro oscuro dentro de su boca, de alguna manera luciendo como un perturbador muñeco ventrílocuo. Con los ojos apagados y una sonrisa forzada, dijo suavemente mientras el espíritu más grande sonreía y el más pequeño gritaba porque el otro lo dejara en paz.

—Voy a... Salir por unas horas. No me esperes despierto...—dice que mientras movía su boca al ritmo de la mano del contrario, este trató de salir hasta que el americano de manera apresurada le dijo que esperara—¿Qué?...

Confundido por su repentina invitación a beber juntos, en honor a su marido, Rémi agitó su cabeza, saliendo un momento de su trance... El espíritu más grande sacó las manos de la cabeza del chico, frunciendo el ceño aún con esa sonrisa tétrica de oreja a oreja.

—No lo sé... No creo que sea lo... Agh... Necesito un trago. Solo uno.

█[♣♣]█

El latino seguía bebiendo; sentado en la silla de la cocina hablando con Christopher de cualquier estupidez, cualquier anécdota que se le ocurría con un cliente o un huésped.

—Y entonces jaja... El tipo estuvo tratando de "agradecerme" por arreglar su lavadero, tratando de invitarme a cenar, pero... Jajajaja debiste ver su cara cuando le dije que estaba casado; parecía tan malditamente decepcionado, jajajaja. —respondió de manera alegre y enérgica mientras que seguía bebiendo.

El alcohol lo hacía sonreír de manera tonta mientras miraba a la misma nada. Es como si se volviera ciego por unos momentos, ya que luego de mirar a la nada miraba de vuelta al americano, pero sonreía más al ver a la nada, con un rubor enorme en sus mejillas.

—Me gusta muuuuucho el vodka... ¿Sabes a quién masss le gusta? ¡A mi príncipe! Jajaja Él era muy mañoso; era todo un caballero cuando estaba sobrio, pero cuando estaba ebrio, Dios mío, era un auténtico pícaro y mañoso, jajajaja. Me asustaba muchas veces porque le gustaba hacerse el dormido, ya sea en la mesa o en el sofá y cuando yo me acercaba, me abrazaba de golpe y me ponía encima suyo. ¡¡Jajajajajaja!! Dios, qué cara ponía cuando le decía lo que hizo, jajaja

Rémi no paraba de reír; no había ningún espíritu, ni el tranquilo que le aliviaba, ni aquellos que lo atormentaban.

—Lo extrañoooo... ¿Sabes qué más extraño? ... Sus besos... El vodka me recuerda... muuuucho a sus besos... Eran dulces pero muy fuertes... Y también muuuuy adictivos jajaja También... Extraño sus abrazos y que me apretuje contra su pecho... Y que me acaricie el cabello... Y que me de mis caricias. —susurró acomodándose en la silla mientras se sonrojaba y mientras sentía un ligero escalofrío en la espalda. Por un momento sintió como si alguien le tocara la espalda.

—Kristoph... Sé que es una alucinación mía de la borrachera, ¿pero podrías decir que me amas por última vez?—susurró Rémi mirando a la nada, que en realidad era el fantasma de Kristoph... Tal parece que el estar medicado y borracho serviría para algo, aunque, claro, para el latino, era solo una alucinación por el alcohol.

El americano miró detrás de él. ¡No veía nada! ¿O tal vez porque todo se movía... A su alrededor?

—Rémi, eso es una aspiradora...

El venezolano se levantó intentando llegar hacia el "ruso", pero en el momento en que tropezó, cayó encima del pobre Christopher.

—¡A-AUCH!—siguió riéndose mientras abrazaba al chico apoyado en su pecho—Mmm... Oye, el vodka sabe muy bien... ¿S-Sabes qué extraño? Tu comida ~~

Por un momento Rémi juró haber visto a Kristoph; pero al sentir que el rubio le abrazaba, bajó la mirada hacia él. Y ahora estaba confundido. El alcohol con medicamentos sí que lo hacía ver cosas raras. Como un híbrido entre su esposo y el extranjero.

—¿Ohm, en serio? Podría calentar un poco de la comida, ¿te gusta la idea?

De alguna forma Cristopher logró desbloquear su celular, buscando en Google una pequeña canción rusa cuya melodía no podía olvidar. Estaba en su cabeza desde hace rato y cuando la encontró, la reprodujo.

—Para ti, my darlinggg~~~—admitió meloso mientras le revolvía el cabello a Rémi.

—Jaja, la canción en nuestra boda. ¿Cómo lo supiste?Nuestra canción Ohm, siempre fuiste alguien de dos pies izquierdos, pero juroque en ese momento me pareciste el mejor bailarín de todos los tiempos,jajaja—abrazó a Cristopher, correspondiéndole, mientras solo temblaba yempezaba a llorar un poco sobre su hombro, abrazándolo con fuerza, ahogándoseen el proceso—Lo siento. Sé cuánto odias verme llorar. Es solo que... Es duro...Realmente... Solo quisiera que este momento fuera eterno.—se sentía bastante bienel abrazo de Cristopher, era liberador y se sentía tan cálido y meloso como suesposo.

𝔼𝕝 𝔻𝕠𝕟𝕒𝕟𝕥𝕖 𝕄𝕒𝕝𝕕𝕚𝕥𝕠 ||RUSVENE||USAVENE|| BL ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora