La alegre y colorida capitolina, que sonreía de oreja a oreja como si no fuese el peor día del año, se acercó a la urna que contenía 32 veces mi nombre y sentí mi corazón acelerarse y mis piernas aflojarse...tomó un papel del fondo y lo abrió al llegar junto al micrófono. —¡Leah Asherby!—pronunció con fuerza. Yo quería huir...pero no podía, ya que mis piernas quedaron estáticas, sentía que no funcionaban—¿Dónde estás querida?—dijo la capitolina y yo solo gritaba y lloraba. Mi hermano me sostenía con mucha fuerza de los hombros mientras gritaba mi nombre, pero lo único que yo quería era salir corriendo de allí. Y entonces me pegó una cachetada; y volví a estar en mi cama, sentada, jadeando, mi cara con una fina capa de sudor encima y mi hermano que me abrazaba mientras afirmaba que todo estaba bien...
—Con la menuda forma de despertarme que has tenido no creo poder decir lo mismo—bufé con los ojos entrecerrados. Se separó del abrazo y rodó los ojos a modo de respuesta—. —¿Otra vez ese sueño?—preguntó en un tono calmado. Asentí—Ya sé que te has excedido con el pedido de teselas...pero aún así no creo que salgas elegida. Tengo un buen presentimiento. Solo debes soportar dos años más y... —Si, eso dices tu porque ya has cumplido la mayoría de edad y ya no deberás preocuparte nunca más —lo interrumpí y me levanté de la cama mientras secaba mis lágrimas. No quería su consuelo tan temprano. No quería seguir llorando tan temprano –mejor dicho-. —En fin...lo lamento Aaron. —Da igual. Ya cámbiate de ropa, Lukas y Gale nos están esperando afuera.—Dijo mientras abría la puerta para salir de mi habitación. Y antes de que pueda decir palabra alguna se me adelantó —Ah, y antes de que preguntes...no tengo idea si Katniss viene hoy, no creo que tenga ganas de siquiera ver a alguien. —Ok. Enseguida bajo—dije para luego escuchar como la puerta se cerraba tras Aaron. La verdad es que yo tampoco tenías ganas de ver a nadie...pero hacían días que no hablaba con Lukas o Katniss...Gale daba igual, no es mi amigo, creo que es muy molesto y trata mal a Katniss, cosa que me enfurece cada vez que lo recuerdo. Pero al fin y al cabo seguía siendo parte del grupo y hermano mayor de mi mejor amigo.
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—Me alegra que hayas venido— dije casi en un susurro mientras me giraba hacia Katniss y le entregaba una flor que vi a mi lado cuando me senté en el suelo. —Si...no estaba muy segura de hacerlo—dijo aceptando mi pequeño regalo—pero Prim me insistió con que hace días no los veía, que tal vez venir me ayudaría a despejarme un poco y relajarme para pensar menos en lo que viene—la interrumpí dándole un cálido abrazo, sabía que lo necesitaba—. —Tranquila Katniss, sé que podrás con esto...lo hiciste el año anterior y podrás hacerlo bien este año también...y con suerte tú y el viejo traerán a un vencedor a casa, estoy segura—dije despegándome del abrazo, poniéndome de pie y estirando mi mano para ayudarla a levantarse—. Vamos, ayúdame a recoger un par de frutos.
Nuestro recorrido fue en total silencio. Uno cómodo a decir verdad...no había mucho de qué hablar de todos modos. No en un día como lo era hoy.
