21: Banquete🏹

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En las horas que quedan para que anochezca me dedico a hacer todo lo posible por camuflar la abertura de la cueva. Es un proceso lento y arduo, pero, después de mucho sudar y mover cosas de sitio, me siento satisfecha: ahora la cueva parece formar parte de una pila de rocas de mayor tamaño, como muchas de las que tenemos cerca.

Y de repente pienso que, si Peeta sale de esta con la medicina del banquete, tendremos mayor oportunidad de volver a casa.
Cuánto extraño casa.
Y a Aaron. Y a Lukas. Los conozco, estarán gritando y lanzando vítores, pero también observando cada momento y cada detalle, e intentarán hacerme volver a casa a fuerza de voluntad.

¿Estará Aaron deseando que Peeta también lo consiga? Sé que Lukas si, es su amigo...

Lukas no es mi novio, pero ¿lo sería si le abriese esa puerta? Recuerdo que el día de la despedida me dio un casi beso en los labios...pero eso no me deja segura, después de mis escenitas románticas con Peeta se debe sentir traicionado.
En fin...
Me pregunto qué pensará Aaron de tanto besuqueo.
Y me pongo roja,
pero agradezco que la oscuridad no deje ver el reflejo de mis mofletes rojos.
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«Oh, Aaron...si estuvieras aquí para guardarme las espaldas...» pienso, soltando un suspiro, preparada para salir a buscar la salvación de Peeta.
Estoy deseando hacer esto con mi hermano, Katniss dice que somos un dúo genial...y le creo, pero ella y Gale son insuperables.
Y Lukas, prefiere la recolección, según él, puede concentrase aún más que cazando, pero no quiere decir que no lo haga de vez en cuando, ya que él y Gale llevan la comida a su hogar.

Justo cuando el primer rayo de sol se refleja en la Cornucopia de oro, en la mesa hay cuatro mochilas, negras grandes con los números de los distritos correspondientes, y una diminuta (lo cierto es que podría llevarla colgada de la muñeca) que deb...

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Justo cuando el primer rayo de sol se refleja en la Cornucopia de oro, en la mesa hay cuatro mochilas, negras grandes con los números de los distritos correspondientes, y una diminuta (lo cierto es que podría llevarla colgada de la muñeca) que debe de tener un 12.

Tengo que prepararme mentalmente más seguido para situaciones como esta, no puedo dejar las decisiones difíciles para Aaron en esta ocasión...digo eso porque al momento en que (al fin) me decido en correr hacia mi bolsa, veo una sombra que corre súper rápido, toma su bolsa y vuelve a adentrarse en el bosque.

¡Es la Comadreja! ¡Ella era la única capaz de salir con una idea tan genial y arriesgada!
Los demás seguimos escondidos, analizando la situación, y ella ya tiene su mochila. Además, nos ha atrapado, porque nadie quiere perseguirla, no con las otras mochilas sobre la mesa, vulnerables.
¡Ésa tendría que haber sido mi estrategia! Mientras, yo experimento sorpresa, admiración, rabia, celos y, por último, frustración. Siempre temo a los otros, pero quizá sea la Comadreja la verdadera contrincante.

Encima, me ha costado tiempo, porque ahora queda claro que tengo que ser la siguiente. Si alguien llega a la mesa antes que yo, no le costará llevarse mi paquete y largarse. Sin vacilar, salgo corriendo hacia la mesa y noto el peligro antes de verlo. Por suerte, soy capaz de desviar el primer cuchillo. Me vuelvo, tenso la cuerda y lanzo una flecha directa a Clove. Ella se vuelve lo justo para evitar un blanco mortal, pero la punta le agujerea el antebrazo izquierdo. Aunque es una pena que no sea zurda, me basta para frenarla durante unos segundos.

END GAME~ (Peeta Mellark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora