Por error

06. Una oportunidad

Había pocas cosas en el mundo que Pansy realmente disfrutara: el sexo, un buen trago y ver fuera de las casillas a Draco Malfoy. 
Ver a ese alfa enloquecido  de ira era uno de los mejores placeres que le había dado la vida, encontraba en ello un exquisito pasatiempo, lo había descubierto desde aquél día en que su pomposo y horrible vestido rosa fue cruelmente insultado por un niño alfa que se creía la gran cosa, como venganza se abalanzó sobre él para demostrarle que no era una niña con la cual pudiera meterse. 

Desde aquel pequeño incidente ambos alfas habían desarrollado una misteriosa relación de más odio que amor, en la cual Pansy se dedicaba a fastidiarlo, mientras Draco hacía sus mejores esfuerzos por ignorarla. 

Habían pasado ya cuatro años desde que no lo veía, y a decir verdad no habría podido creer del todo en las palabras de su venenosa madre de no ser por que lo vio con sus propios ojos, el gran Draco Malfoy alfa dominante y de elite siento llevado de las narices por un pequeño omega de clase baja, era hasta incluso poético a su forma de ver.
Sin dudas hacer todo ese viaje para encontrarse cara a cara con el nuevo juguete de su ami-enemigo había valido completamente la pena, no solo por la ridículamente violenta reacción de este, sino también por que finalmente veía un lado vulnerable en él, quien diría que una cosa tan pequeña y escurridiza podía dominar a la perfección a un gran alfa salvaje. 

Siempre había esperado secretamente a que Draco se revelara contra su odiosa familia y vieran con sus propios ojos lo que realmente era, no el niño rico, mimado y obediente que creían, sino un idiota sentimental y frágil, capas de darle la espalda a su familia y a su apellido por un simple panecillo. Era mucho más tonto de lo que creían. 

Pero no era eso lo que realmente sorprendía e intrigaba a Pansy, sino el hecho de que aquel pequeño e insignificante omega, Harry Potter, era ni más ni menos que la ex pareja de su calabacita. 

Gracias a sus múltiples fuentes, había logrado recaudar una cantidad decente de información acerca de la beta que perseguía.
De familia pobre y trabajadora, muchos hermanos, deudas, múltiples trabajos de medio tiempo, sin propiedades o vehículos a su nombre, sin antecedentes y con un impecable legajo laboral. Pareja, solo una, un omega huérfano con quien se crio, pero que actualmente parecía haberse vuelto el omega de un alfa dominante, Draco Malfoy. 

- Ahora entiendo por qué odias tanto a los alfas... Te robó a tu noviecito...- se llevó la taza de café a los labios mientras leía atentamente los papeles que tenía en su mano- Chico malo... Tendré que consolar a mi pequeña zanahoria.- las puertas de su despacho se abrieron de golpe y sin siquiera levantar la vista del papel ya sabía quien había irrumpido en la habitación.  
- ¿Cómo se te ocurre volver sin avisar? ¿Acaso haz olvidado tu educación? Pansy... - su madre acompañada de tres empleadas hacía su entrada triunfal, sin tocar, sin pedir permiso, sin esperar ser invitada. 
- ¡Madre!  irrumpes de una forma tan poco delicada en mi despacho ¿Y soy yo quien ha olvidado los modales?- adoraba ver como las pupilas de su madre se contraían de la ira. 
- No estoy de humor para tus juegos Pansy, ¿Cuándo volviste?- lo que realmente quería preguntar era porqué y cuanto tiempo planeaba quedarse, pero se contenía a sí misma. 
- Anoche... ¿O fue antes de anoche? No lo recuerdo... no quise importunar su cena con los embajadores así que simplemente subí a mi cuarto... y antes de que lo preguntes fui a ver a Draco... - bajó los papeles y los introdujo en un cajón- Tenías razón madre, está con un omega.- al ver la expresión en su rostro supo que había hecho un buen trabajo, lo lamentaba por Draco pero esa era la única forma de no ser el centro de críticas de su madre, poniendo a alguien más en ese lugar. 
- ¿Lo viste? Debe ser por demás desagradable...
- No te imaginas cuanto... Tiene dos ojos y una boca ¡Y sus manos! tenía las cutículas larguísimas...- su mueca de disgusto no tardó en aparecer. 
- No es momento de tus bromas, ¿Puedes ser sería una vez?  ¿No entiendes lo que esto le hace a la familia Malfoy? Un apellido tan respetado y admirado... Su único hijo, un alfa prometedor con un futuro brillante y lo deja todo por un... 
- Era muy atractivo...- su madre le dedicó una mirada de desaprobación- Debe ser bueno en la cama... De hecho a puesto a que sedujo a Draco con sus encantos sexua..- las empleadas se sonrojaron al escucharla y apartaron la mirada todas al mismo tiempo. 
- ¡Pansy! ¡¿Pero que formas vulgares son esas?! A quien le importa si es atractivo, es un omega de clase baja. Solo se acercó a él con un propósito, los métodos que haya implementado no me sorprenden en absoluto. 
- Tranquila madre...- se retiró del escritorio y caminó lentamente hasta pararse tras la mujer, en medio de las criadas que siempre la acompañaban, que se fueron apartando lentamente. La madre de Pansy era de baja estatura, lo cual siempre le había causado gracia, no podía entender como un embace tan pequeño contenía tanto odio y resentimiento. Posó sus manos sobre los hombros de su madre y se inclinó para hablarle al oído- Si alguien te escuchara pensaría que estas celosa... 
- ¿Qué tonterías dices? Narcisa es mi amiga, solo me preocupo por ella. 
- Mmm tal vez - soltó una pequeña risa burlona que hizo a todas las presentes sentir un ligero escalofrío- o tal vez... sientes que haz perdido tu oportunidad para meter las manos en la fortuna Malfoy...
- ¡¿Pero quien te crees...?!- volteó molesta para enfrentar a su hija, pero cuando lo hizo se encontró solo con sus criadas. Había vuelto a huir.