- Estoy jodidamente exhausta...- colocó todas las bolsas con obsequios sobre la pequeña mesa del recibidor y saltó a el sofá- No quiero volver a ver un niño en mi vida...
- Quedaron encantados contigo...- Ginny fue recogiendo todo lo que su novia dejaba tirado al paso para luego recostarse a su lado.
- ¿Te divertirte?- la tomó de la cintura para sentarla entre sus piernas y poder abrazarla por la espalda.
- Mn- asintió con una sonrisa- Gracias por acompañarme... Fue mucho mejor de lo que esperaba.
- Claro que lo sería, son tu familia- amaba hundir su nariz en el cabello de su novia, olía siempre delicioso, a flores y dulce.
- Lo sé... pero fue aún más especial porque estabas ahí acompañándome- entrelazó las manos de ambas, Pansy las tenia mucho más blancas y grandes que las suyas.
- Lo que sea por mi caramelo...- los besos suaves y cariñosos fueron bajando de sus orejas, por el cuello hasta su espalda. Acariciaba sus senos y su vientre, sabía muy bien como despertar el deseo en su pareja.
- Creí que estabas exhausta...- se dejaba hacer, la sensación de calidez y cariño era muy placentera.
- Jamás estoy cansada para ti...- poco a poco sus manos fueron removiendo las prendas y cuando estaba por llegar al sostén Ginny se puso de pie.
- Vamos a tomar un baño cariño...- extendió su mano para que la tomara y obedientemente lo hizo, luego la condujo hasta el cuarto de baño donde prosiguió a quitarle la ropa, prenda por prenda.Pansy vestía siempre de forma impecable, a veces más formal otras no tanto, le gustaban los tonos oscuros combinados con un toque de color. Amaba entallar su cintura, destacar su busto o sus largas piernas, siempre se veía sexy, aunque solo vistiera unos jeans negros y una camiseta, por alguna razón lograba verse increíble.
Ese día su conjunto de cuero negro era entallado al cuerpo, destacaba muy bien su silueta y para sorpresa de la beta no llevaba ropa interior debajo.
- No quería que se marcará el traje... - en lo que llevaban juntas Ginny había aprendido demasiado bien que su novia era una mujer muy segura de sí misma. Le sobraba confianza y le faltaba humildad en lo que autoestima respecta.
Cuando terminó de remover toda la ropa, bajo una mirada pícara y ansiosa la condujo hasta la tina, para luego abrir el agua y colocar las sales de baño. Pansy resultaba ser extremadamente obediente cuando se sentía mimada o excitada - ¿Tú no vas a entrar?- preguntó recogiéndose el cabello en un pequeño moño.
- Quiero mimarte un poco... Es tu recompensa por haber sido tan buena chica...- comenzó a tallar su espalda y masajear sus hombros, su piel era tersa y limpia, solo se veían algunas cicatrices salpicadas por su espalda.
- Si quieres compensarme entra al agua conmigo y hazle mimos a mi entrepierna.. ¡auch! No jales mi cabello preciosa, es mi mayor atractivo...- las manos ágiles y suaves de la beta comenzaron a recorrer su cuello tallando con ambos pulgares su mandíbula pronunciada, luego bajaron suavemente hasta su clavícula ejerciendo presión sobre los huesos, para después llegar hasta sus pechos, grandes, redondos, sumamente cómodos para dormir- ¿Te gusta lo que ves?
- Cómo podría no gustarme...- comenzó a hacer con ellos lo misma que su novia le hacía siempre, masajearlos suavemente, apretarlos un poco y estimular los pezones- Eres hermosa.
- Ven al agua bebé...- su voz sonaba ronca y quedada como cada vez que entraba en calor.
- Si me meto contigo no te quedarás quieta y no podré hacerte mimos- sintió como jalaba de sus brazos para acercarla más a su rostro y susurrarle al oído.
- No seas caprichosa y ven aquí caramelo...- aunque quería molestarla un poco más, supo que si no obedecía y entraba a la tina saldría a buscarla.
- Bien... Cómo diga mi esposa...- susurró a su oído obteniendo justo la reacción que deseaba.Comenzó a quitarse los pantalones lentamente presentando el espectáculo favorito de la alfa, gracias a su novia ella también había ganado mucha confianza en si misma y sabía que, por alguna razón, su mera existencia excitaba a la alfa. Cuando finalmente dejaba ver toda su piel, colocó una pierna dentro de la tina sintiendo la temperatura del agua.
Casi por instinto Pansy se abrazó a su muslo besándolo y apretando las partes blandas, su lengua recorría la piel de un extremo al otro, dejando manchas rojas de beso por todo el muslo. La tina era lo suficientemente amplia como para que ambas estuvieran cómodas, aún así Ginny se colocó sobre su regazo, sabía que era lo que quería.

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Por error
Hayran KurguPansy es todo lo que siempre quiso ser, millonaria, exitosa, hermosa y peligrosa. Lo único que falta en su vida es un broche de oro... Una hermosa pelirroja remueve su mundo y se vuelve la presa perfecta. Pero... ¿Quién es el verdadero cazador? En...