Por error

20. Mi mejor error

El tiempo de espera finalmente se había acabado, la cuenta regresiva estaba en cero, el tan esperado día llegó casi sin que se dieran cuenta y la boda estaba a punto de comenzar. 

Luego de tanto trabajo, de planear durante meses, de elegir y reelegir la decoración, finalmente la boda estaba a punto de tener lugar.
  Ambas habían estado de acuerdo con una boda íntima, dónde solo asistieran las personas que de verdad importaban en su vida, aquellos que se alegraban y festejaban su amor tanto como ellas mismas. Por lo que terminó siendo una pequeña boda con unos veinte invitados, por supuesto se encontraba presente la familia de Ginny, su padre y sus hermanos, además de Harry, junto con Draco y sus cuatro hijos, también había asistido Narcisa, la madre de Draco, con a su nueva pareja, Albus quien era el padrino de la boda y Sibyll, la nana de Pansy, quien había cuidado más de ella que su propia madre. 
 Por obvias razones no había invitados con el apellido Parkinson, no se habían molestado en siquiera avisarles, ya que temían que quisieran arruinar la boda. 

El lugar lo decidió James, ya que deseaba mucho volver a la isla, tenía muy buenos recuerdos allí con sus tías, por lo que sugirió el lugar como una opción íntima y alejada, que además estaba rodeada de paisajes hermosos. Ginny quedó encantada con la idea y Pansy no tuvo objeción, mientras su futura esposa fuera feliz, le daba igual el lugar. 
La decoración estuvo completamente a cargo de Harry, quien se ofreció como regalo de bodas, a ser el decorador y planificador visual del evento, aunque si recibió algo de ayuda de su esposo.
Por su parte el señor Weasley junto con sus hijos levantaron toda la estructura, tanto de la carpa dónde se llevaría acabo el evento, como el altar para el intercambio de anillos. 
Pansy fue la encargada de conseguir el juez que auspiciaría la ceremonia y Ginny se ocupó de los trajes y la comida.

Todos habían colaborado en conjunto para que la boda pudiera realizarse de la mejor forma, todos y cada uno de ellos había compartido su felicidad y su amor, e iban a ser partícipes de ese día tan especial. 

°°°

Pansy ya se encontraba de pie junto al juez, con Albus y Draco a su lado. Vestía un elegante traje blanco, decorado con encajes delicados y algunos detalles verdes para hacer juego con los ojos de su prometida. Se veía radiante, hermosa y muy feliz. De fondo y como cortina del evento podían verse las olas que golpeaban contra la orilla del acantilado, el día era soleado, brillante, un clima poco común pero ideal en verano.
 Todos los invitados ya estaban ocupando sus lugares, expectantes del momento en que la otra novia apareciera. La decoración era delicada, romántica, muy a juego con el ambiente y con las novias, Harry había pensando en todo.

- Aquí viene... 

Cuando todos voltearon a ver, las reacciones fueron muy similares, llanto, risas, alegría y admiración. Pansy era la única que no mostraba reacción alguna, simplemente no quitaba los ojos de la mujer que ahora caminaba hacia el altar de la mano de su padre. 

Su cabello rojo contrastaba increíblemente con la blancura de su vestido, la corona de flores que llevaba en el cabello la hacía verse aún más joven y hermosa. A los ojos de todos, Ginny se había convertido en una hermosa hada, con una belleza digna de admirar.
 Cuando finalmente llegó frente al altar su padre la besó en la frente y con una sonrisa llena de lágrimas extendió su mano para que la pudiera tomar su prometida, que así lo hizo.
Ya estando frente a frente, rodeadas de todos sus seres queridos y de un paisaje de ensueño, todo lo demás dejo de existir.

- Deberías llevar un vestido de novia todos los días.
- ¿Se me ve tan bien? 
- No podría describirlo de forma tan simple- apartó un pequeño mechón pelirrojo que se estaba escapando de su peinado- No puedo poner en palabras lo que estoy sintiendo Ginevra. 
- Finalmente llegó el día... 
- Toma mi mano ahora y para siempre caramelo, porque no podré soltarte jamás. 
- No dejaría que lo hagas, debes sostener mi mano siempre Pansy. No puedo creer que esto me esté sucediendo a mi... 
- Esa debería ser mi línea- entrelazaron sus manos y se dirigieron frente al juez para comenzar la ceremonia.