- Oye se nos hará tarde, quita tus manos y ve a bañarte...- en vano intentó zafarse del agarre de aquellos brazos que la mantenían en la cama, aunque internamente tampoco deseaba apartarse, era tan agradable dormir abrazadas así, podía sentir la cálida respiración contra su frente, el suave aroma a su perfume en las sábanas y el roce de su impecable y fría piel contra su cuerpo. Pero tenían compromisos y Pansy podía comportarse muy mañosa por las mañanas. - Suéltame- empujó su rostro con ambas manos pero el agarre no cedía en absoluto.
- Estas siendo ruda a primera hora de la mañana... Eso es tan sexy...- su voz se oía profunda y cansada, aún así su cuerpo, en especial su parte baja, estaban muy activos temprano en la mañana.
- Intento despertarte no excitarte... ¡Ya abre los ojos!- con ambas manos le palmeó las mejillas usando un poco de fuerza. Finalmente consiguió que esos ojos se abrieran y la miraran.
- Buenos días mi linda zanahoria...
- Buenos días Pansy...- un dulce beso se le escapó casi sin darse cuenta, se había vuelto un hábito para ella besar a su compañera a penas despertaban.
- Dios... Recuérdame porque no podemos quedarnos en casa y follar todo el día como conejos...
- Prometiste acompañarme a visitar a mis sobrinos. Hay mucho que preparar y el vuelo no nos esperará. Así que deja de manosearme y ve a la ducha.
- No me puedes pedir eso...- sus grandes y delicadas manos recorrían todo el cuerpo de la pelirroja bajo las sábanas.- Tienes un culo para morirse- de un rápido movimiento se abalanzó sobre ella y comenzó a devorarla sin hacer caso a las advertencias de su amada.°°°
Mientras Ginny recorría la habitación preparando las maletas para el vuelo, Pansy se encerraba en su estudio para terminar algunos trabajos pendientes. Jamás se había preocupado tanto por dejar las cosas en orden, siempre estaba dispuesta a abandonar su trabajo temprano y dejar todo a medio hacer, era una persona realmente despreocupada, pero esta ocasión era diferente, su hermosa zanahoria le había advertido claramente que durante su breve viaje no quería verla cerca de papeles, llamadas de trabajo o reuniones de emergencia. Y como buena Alpha que era obedecía a su hermosa novia... algunas veces.
- Déjame saber si hay algún cambio importante... Espera, olvídalo, me pondré en contacto contigo cuando regrese en tres semanas.- el trabajo se había liquidado bastante rápido gracias a las horas y horas extra que había dedicado a adelantar cada pendiente, estaba exhausta.- No quiero que me llamen a menos que... No, simplemente no quiero que me llamen, yo me pondré en contacto primero. Es todo.
Colgó la llamada y se recostó sobre el respaldar de la silla. No había dormido bien en semanas, tenía un humor de mil demonios y por si fuera poco lidiaba constantemente con las incompetencias de sus subordinados. Dejar la empresa tres semanas en manos de terceros era un completo suicidio, pero no tenía opción ya que se encontraba en una difícil situación, su matrimonio corría peligro y eso que aún ni siquiera estaban casadas legalmente.
El exceso de trabajo, sumado a su pésimo carácter y su mala actitud, hacían que Ginny dudara cada vez más acerca de convertirse en esposas. No podía culparla, no era nada fácil seguirle el ritmo a una Alpha como ella. Que además de sus múltiples defectos de personalidad, tenía una familia poco confiable y un pasado nada digno de admirar. Aun no sabía cómo aquella hermosa y dulce mujer había aceptado pasar la vida a su lado.
Cuatro años pasaron desde que finalmente decidieran abandonar la isla para establecerse en Estados Unidos, lejos de la insidiosa influencia de su familia.
Tal como su madre lo había prometido, su nombre fue removido del registro familiar en el momento en que decidió formalizar su relación con una mujer beta de clase baja. Y aunque Pansy lo aceptó sin protestas ni represarías, sus padres no se quedaron de brazos cruzados y en más de una ocasión buscaron meterse con Ginny y su familia. Por lo cual no le quedó más remedio que usar sus contactos para encontrar los puntos frágiles de su familia y así mantenerlos amenazados. Sus reglas eran simples, nadie se metía con nadie y prevalecía la paz.
Le había funcionado mejor de lo que esperaba. Al parecer sus padres preferían perder a su única hija que perder el honor y prestigio del apellido.

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Fiksi PenggemarPansy es todo lo que siempre quiso ser, millonaria, exitosa, hermosa y peligrosa. Lo único que falta en su vida es un broche de oro... Una hermosa pelirroja remueve su mundo y se vuelve la presa perfecta. Pero... ¿Quién es el verdadero cazador? En...